Lo cierto es que, en ocasiones, he estado tentado a pensar que no, pero cuando analizo todo lo que ha hecho ANAVRE desde su aparición hace ya casi ocho años, y veo cómo lucha ANPPER, o la estupenda labor que está haciendo ahora mismo ADN bajo la presidencia de Grabriel Morell, tengo que cambiar de opinión.
Estas asociaciones, y otras muchas, están luchando para intentar que navegar no sea una pesadilla burocrática y siga siendo una actividad lo más libre posible, sin limitaciones de fondeo, y tratando de suprimir ese tinte elitista que se le atribuye no se sabe por qué intereses.
De hecho, las dos noticias que comenté en mi artículo del mes pasado me han convencido para permanecer en las asociaciones en las que estoy, puesto que me estaba planteando dejar mi actividad en ese campo a causa de mis obligaciones profesionales.
El primer asunto era el del «decreto de la posidonia», donde se ha pasado por parte del Govern de plantearse incluso limitar el fondeo sobre arena a decir que el decreto está en blanco y se contará con el sector.
El segundo, el tan necesario Museo Marítimo que, de repente, parece haber descubierto el Consell de Mallorca, comprometiéndose a impulsar su creación.
Ni una ni otra noticia se hubieran producido jamás sin la intervención de asociaciones de usuarios como ADN (muy activa en el caso de la posidonia), actuando en consenso con las asociaciones empresariales, o la Asociación de Amigos del Museo Marítimo de Mallorca, que lleva decenios reclamando la creación del mismo.
Así, analizando estas noticias recientes, y otras muchas que afectan a la náutica, vemos como la creación de asociaciones de navegantes ha añadido un nuevo interlocutor en el panorama. Se trata de los usuarios, puesto que las empresas ya estaban representadas en entidades que tenían y tienen una fluida relación con las administraciones públicas. Pero realmente, ¿quién representaba a los usuarios?
Es innegable la enorme labor social de muchos clubs náuticos que promueven incesantemente el deporte en nuestra sociedad y son un semillero de medallistas olímpicos, campeonatos europeos y nacionales, pero hacía falta que alguien luchase por los intereses de los usuarios como tales a la hora de regular nuestra actividad. Pues bien, las asociaciones han llegado para quedarse, pero para poder defendernos nos necesitan con el fin de gozar de la máxima representatividad y disponer de recursos suficientes. ¿Eres miembro de ANAVRE, ADN, ANPPER o cualquier otra asociación de navegantes? Si no lo eres, no esperes más y únete a alguna de ellas … Lo agradecerán y lo agradecerás.