LA TRIBUNA DE LA MAR

MIGUEL FÉLIX CHICÓN RODRÍGUEZ

Nacido en Tánger en 1960, las travesías del Estrecho de Gibraltar realizadas siendo niño le dejaron un poso que le llevó a cursar, años más tarde, estudios de capitán de la marina mercante en Palma y Barcelona. Desde 1978 hasta 1994 navegó como oficial en buques petroleros, en frigoríficos, como alférez de fragata en la Armada española y ejerció el mando de buques de pasaje, de tipo ferry y embarcaciones de alta velocidad. Fue jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Palma desde 1996 hasta 2022.

Babor y estribor

¿Por qué complicarnos la existencia y no llamar izquierda y derecha a las bandas del barco?

Una antigua y algo rancia anécdota sobre un experimentado capitán cuenta que este marino, durante su dilatada carrera, había sabido solucionar todo cuanto problema se le había presentado a bordo en las más extremas circunstancias. Ya fuera un temporal con vientos de fuerza huracanados, el estado de la mar montañosa, escasa visibilidad, problemas de estabilidad o averías de cualquier índole, él sacaba de su bolsillo una pequeña libretita, la consultaba y, tras su lectura, empezaba a cursar órdenes que llevaban a salir del atolladero.

Todos los tripulantes que habían navegado en los barcos bajo su mando comentaban con asombro y admiración su pericia y, por supuesto, ese pequeño detalle. El contenido de la libreta nadie lo conocía. Por eso, cuando ya estaba a punto de jubilarse y llamó al primer oficial, se levantó una gran expectación. Permanecían atracados y la emotiva despedida vino sellada con la ceremoniosa entrega de la pequeña libreta, rogándoles que no la leyesen hasta que él hubiese marchado. Una vez hubo bajado por la escala real, los oficiales se reunieron en la cámara y procedieron a abrir la libreta. Solo se leían cuatro palabras: BABOR=izquierda; ESTRIBOR=derecha

Es posible que la mayoría de personas se sientan confusas cuando lean u oigan jerga marinera. Por eso intentaremos explicar su uso, con el fin de conseguir que aquellos que lean estas palabras puedan sentir algo más lo que es la aventura marítima y el arte de navegar. Empezaremos por algo básico.

La proa de un barco es su zona delantera, aquella con la que corta las aguas cuando navega avante. Su origen es la palabra latina prora que, a su vez, deriva del griego prôra. Y la parte trasera es la popa, del latín puppis. Con estos nombres ya reconocían los navegantes de esas épocas esas partes del barco.

Ahora que ya sabemos dónde están la proa y la popa ¿por qué complicarnos la existencia y no llamar izquierda y derecha a babor y estribor?

La explicación es sencilla. Debemos remontarnos a las embarcaciones vikingas y las galeras. En aquellas épocas no existía el timón tal y como lo conocemos hoy día. No había una pala situada en la popa y que fuese movida por una rueda. Los barcos eran movidos por filas de remos a ambas bandas, aparte de la ayuda de velas cuadras que, dada su precariedad, apenas funcionaban con vientos portantes (que empujan por la popa).

Los remos eran movidos por la chusma a la voz de mando del nostramo (de noster y amo), el equivalente al contramaestre de hoy día. Esa orden era vocare, de la cual deriva la palabra bogar (remar). Para que la boga fuese más efectiva la chusma se sentaba en bancadas mirando hacia popa y con los pies apoyados en tablazones. Esa forma de boga era similar a la utilizada por los vikingos en sus naves. Y para gobernar estas se utilizaba un remo de mayor tamaño que, dado que la mayoría de personas eran diestras, se situaba en la parte derecha de la nave, a popa.

Orígen neerlandés

En neerlandés gobernar se dice stier, por lo que esa banda del barco se llamó stierboord, la banda desde donde se gobierna la nave, y de ahí se deriva a estribor en castellano, starboard side en inglés, estribord en francés y catalán… Llamando estribor a esa banda se conseguía, además, evitar la confusión de los remeros que, al estar sentados de espaldas al avance de la nave, podían confundir la derecha del buque con su propia derecha.

La persona que manejaba ese gran remo daba la espalda a la otra banda, de ahí surge bakboord, la banda a la que le doy la espalda, y de ahí babor en castellano, bâbord en francés...

Algunos señalaréis que en inglés no se dice así y tenéis toda la razón. La explicación es sencilla. Para atracar al muelle, al estar situado el remo de gobierno en la banda de estribor, se debía atracar por la banda de babor para poder moverlo y que no golpease contra las estructuras de la ribera. Es decir, babor era la banda por donde atracaban los barcos a puerto, la banda del puerto, port side.

Hay cierta controversia en este sentido ya que algunos autores defienden que el origen de babor es lardboard, la banda por la que se carga el barco, pero yo me inclino más por la otra variante al parecerme algo más sencilla y lógica.
Ahora, el embarcar en la cubierta de un barco, ya sabremos dónde está la proa y la popa y cuál es el estribor y el babor de la nave. No hay problemas de lateralidad, ni derecha ni izquierda, solo estribor y babor, la mar infinita por la proa, manos firmes para manejar el timón y una buena estela por la popa.
 

La pacotilla

En la Carrera de Indias y en la del Pacífico los tripulantes complementaban su buen sueldo con artículos para comerciar tanto al llegar al destino como en el regreso

Universidad de mareantes

La imagen de los marinos como un colectivo de rudos analfabetos no se corresponde con la realidad. ¿Cómo explicar, si no, el éxito en la construcción de los buques y su navegación por los océanos?

La estabilidad en los galeones

Estabilidad de un buque: propiedad que este tiene de recuperar su estado de equilibrio inicial (adrizado) cuando un elemento interno o externo (mar o viento) hace que lo pierda.

Las bombas de agotar

Las bombas de achique eran desde el comienzo de los tiempos de la navegación hasta la actualidad un elemento vital en la equipación de los barcos

La aguja de marear

Sobre el siglo XII ya se utilizaban agujas magnéticas colocadas sobre un flotador en una vasija con agua para dar los rumbos en navegaciones largas

El timón de codaste

Su invención revolucionó la navegación y realizar travesías con un mínimo de garantías. Hasta entonces los barcos se gobernaban con los remos.

Cuatro cuartas y través

Teorema de Pitágoras: En todo triángulo rectángulo, la longitud de la hipotenusa es igual a la raíz cuadrada de la suma de las áreas de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos.

Los mártires de Nagasaki

Hideyoshi, unificador de Japón, condenó a una cruel muerte a 26 cristianos, 17 laicos japoneses, tres jesuitas japoneses y seis franciscanos pues temía que la evangelización fuera el paso previo a la conquista española

La seguridad a bordo

Medidas operativas, invocaciones, supersticiones y rituales se mezclaban antaño con el afán de garantizar la supervivencia frente a la furia del océano

La vida a bordo de una galera del siglo XVI

Pesca, juegos de naipes (aunque estuvieran prohibidos), representaciones teatrales, belenes y lecturas en voz alta de libros de caballerías amenizaban las duras condiciones de los marineros.

La peste de las naos

El escorbuto causó más muertes que cualquier naufragio o batalla en las travesías de las naos que se prolongaban durante meses - James Lindt encontró el remedio contra la enfermedad: la vitamina C

El Galeón de Manila

El primer tornaviaje Andrés de Urdaneta genera lo que puede considerarse la primera línea marítima regular conocida, que une tres continentes durante 250 años

El motín del San Jerónimo (y II)

Lope Martín quiere abandonar en el atolón de Ujelang a los que considera sospechosos de no apoyarle, pero las cosas no salen como pretende

El motín del San Jerónimo (I)

Es evidente que Lope Martín, piloto del San Jeróniimo acusado de deserción, no desea llegar a Filipinas y que su objetivo es dirigirse a la China para dedicarse al pirateo

El tornaviaje

La expedición de Urdaneta logra al fin establecer el Tornaviaje en 1565 y comienza así la primera línea regular conocida, el Galeón de Manila, que unió durante 250 años las costas de México y Filipinas

Las Filipinas

Ruy López de Villalobos mandó la expedición con trágico final para él en la que dio nombre a las islas del gran archipiélago asiático en honor del entonces hijo del emperador Carlos I

La guerra de las especias

Tras la muerte de Loaísa y Elcano, la figura de Andrés de Urdaneta se revela como decisiva por sus dotes de negociación con los indígenas, mientras las dinastías española y portuguesa habían pactado ya la cesión de las Molucas a la corona lusitana

La odisea del Santiago

Este patache de no más de 20 metros de eslora recorre todo el litoral pacífico americano hasta llegar a Nueva España (México)

La expedición de Loaísa

El emperador Carlos I decide armar una flota al mando de Frey García de Loaisa, formada por siete barcos y unos cuatrocientos cincuenta hombres

Juan Sebastián Elcano

Solo 18 hombres, por fin llegan a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, totalmente desfallecidos, demacrados, habiendo completado la circunvalación de la Tierra

Ortodrómica

Finalmente, la Trinidad debe quedarse en las Molucas para reparar una vía de agua en la sentina y la Victoria zarpa sola para regresar a España cargada de especias surcando el Índico y bordeando las costas africanas

Magallanes

El almirante, convencido de que la Armada de las Especias es casi invencible frente a los indígenas, urde un plan para someter al jefe Celapulapu. Reúne un grupo de solo 50 hombres con él al frente para enfrentarse a 1.500 guerreros armados con lanzas de caña

El mar del Sur

Encontrado el deseado paso entre el Océano Atlántico y la Mar del Sur, Magallanes y su menguada armada de tres naos comienzan una de las más duras, largas y terribles travesías afrontadas por el ser humano

La Armada se deshace

El testimonio del piloto de la San Antonio, tras amotinarse y regresar a España, hace que se dé por perdida para siempre la Armada de las Especias y por fracasado el intento de hallar un paso que una Océano Atlántico y Mar del Sur

Motín (I)

¿Qué podía impulsar a un grupo de hombres a amotinarse contra la autoridad establecida por el rey aun a sabiendas de que el castigo era la muerte?

Primus circumdedisti me

En 2022 se cumple el quinto centenario de la primera vuelta al mundo. Así eran las naos que emprendieron la travesía y los hombres que las tripulaban.

Gente de guerra y de pluma

El cabo lombardero estaba al cargo de las culebrinas, falconetes y pedreros, mientras que los arcabuces y resto de armas eran responsabilidad del mayordomo de artillería.

Gente de cabo

Contramaestres, barberos, carpinteros de ribera, calafates, remolares, boteros, proeles, timoneros y alguaciles eran algunos de los especialistas que poblaban las tripulaciones de antaño

La chusma

La RAE la define, en su primera acepción, como «conjunto de galeotes que servían en las galeras reales». Así era la vida a bordo de aquellas embarcaciones.

El Ponent

Cada puesta de sol era admirada, pero no era capaz de ver el rayo verde. Tampoco es que tuviese mayor importancia, pero es cierto que me generaba dudas hasta de su existencia

El Llebeig

El viento del sudoeste para los helenos, uno de los Anemoi Menores, estaba representado en la Torre de los Vientos de la Acrópolis ateniense como un joven alado, sin barba, que controla el timón de un barco.

El Migjorn

En la Torre de los Vientos de la Acrópolis los helenos llamaban al viento del sur Notos, el portador de la lluvia

El Xaloc

El amanecer de Sirius por el sureste, por el xaloc, ya era muy celebrado por los egipcios, que la consideraban el Ojo del Cielo.

El Gregal

Tenemos que considerar su origen latino y situarnos en un punto imaginario central del Mare Nostrum: es el viento que sopla desde Grecia

La Tramontana

El único viento con nombre femenino, que deriva del latín transmontanus, de más allá de las montañas, ya sean los Alpes o los Pirineos

La rosa de los vientos

Su invención se atribuye al mallorquín Raymundus Llullius (Ramón Llull), quien se basó en trabajos descritos en el Libro II de Geografía Física, de Plinio El Viejo

‘Navigare necesse est’

Ahora que estamos capeando un duro temporal seamos, más que nunca, consecuentes con ello y naveguemos con determinación para arribar todos a buen puerto. Es hora de navegar, es necesario.