Talatui: Los «talatui» o «miwok de la costa» son una tribu nativo-americana que se ubicaban al norte de la actual San Francisco, en las proximidades de la Punta de los Reyes, de Drake’s Bay y de Bodega Bay.
Cuando el galeón San Agustín, al mando del experto capitán portugués Sebastiao Rodrigues Soromenho, al servicio de la corona española, zarpa de Manila a principios de julio de 1595, nada hace pensar que no llegará a su destino, Acapulco. Cargado de porcelanas chinas, sedas, cera y otros artículos de lujo, el virrey Luis de Velasco y Castilla le ha encargado a Soromenho una tarea adicional: la misión de explorar y cartografiar la costa californiana en busca de lugares de refugio seguros para el Galeón de Manila, con el fin de abrigarse de tormentas o protegerse de ataques de piratas.
Una vez que el San Agustín finaliza la dura y temible travesía del Pacífico, Soromenho recala en las proximidades de Trinidad Head, en la costa septentrional de la actual California, pero sigue navegando hacia el sur en busca de algún refugio más propicio. Así es como, a principios de noviembre, llega a Drake’s Bay, donde unos años antes Drake había reparado su barco. Soromenho fondea en la amplia bahía, a la que llama Puerto de los Reyes, y comprueba que los nativos son amigables, por lo que aprovecha para reaprovisionarse, explorar la zona y realizar algún intercambio comercial con ellos.
Ya llevaban casi un mes en la zona cuando ocurrió lo impensable: se desató un fuerte temporal que hizo garrear al San Agustín hasta que quedó varado en la arena y se partió en dos. Solo falleció una docena de los 83 hombres que iban a bordo, pero el naufragio hizo que las relaciones con los nativos se deterioraran ya que estos querían quedarse con toda la mercancía y pertenencias arrojadas a tierra. Los supervivientes construyeron a toda prisa una embarcación, a la que llamaron San Buenaventura, y se hicieron a la mar el 8 de diciembre.
A pesar de las pocas provisiones y de la menor amabilidad de los nativos que iban encontrando, Soromenho no dejó de hacer exploraciones y cartografiar la costa. Llama la atención que no avistasen la entrada de la bahía de la actual San Francisco, probablemente porque la niebla y las precarias condiciones se lo impidieron. En una de estas exploraciones terrestres encontraron varado «un pez de gran tamaño», probablemente un cetáceo, que les sirvió para reponerse y seguir hasta el puerto de Chacala, la actual Jalisco, donde llegaron el 17 de enero de 1596.
Las autoridades consideraron que Soromenho no había llevado a cabo la misión con la diligencia debida, al no cartografiar toda la costa. A partir de ese momento, se tomó la decisión de que las embarcaciones o flotas cuya misión fuese la de explorar la costa y el territorio debían, específicamente, dedicarse a ese menester. A pesar de todo, en 1602 el navegante Sebastián Vizcaíno utilizó las cartas de Soromenho para continuar explorando toda la costa californiana hasta Cabo Mendocino.
A mediados del siglo XIX, el territorio de los miwok fue anexionado por los Estados Unidos, creándose California, coincidiendo con la fiebre del oro, propiciando que el territorio miwok sea invadido y se degrade. Los miwok entran en guerra contra los blancos, que los diezman y obligan a entrar en reservas, mientras ellos se reparten sus mejores tierras. Lejos queda la amabilidad con la que habían comerciado con los españoles e ingleses. Incluso con los rusos de Bodega Bay quienes, a principios del XIX, tenían prohibido abusar de ellos.
Ya bien metidos en el siglo XX, diferentes estudios arqueológicos encontraron, en las tumbas de los miwok que fueron excavadas en las proximidades de Tamal Huye (nombre miwok de la Bahía de Drake), objetos de procedencia asiática tales como vajillas de porcelana china, cubiertos, telas de seda, clavos de hierro... Objetos que formaban parte de las mortajas y que habían sido fruto de los intercambios amistosos llevados a cabo con hombres del galeón San Agustín siglos antes. Aún perdura una vieja tradición oral de los miwok que recuerda el lejano día en que unos extraños forasteros llegaron por la mar en un gran barco.
La razón de por qué Alfred Hitchcock eligió Bodega Bay para filmar Los Pájaros imagino que nada tiene que ver con lo narrado, pero no deja de llamar la atención...