Los cuchillos no matan a nadie, son las manos que los empuñan. Del mismo modo, podemos asegurar que el problema para los navegantes no son las boyas, es su gestión.
Todos hemos tenido que pasar una mala o muy mala noche fondeados con nuestra ancla cuando ha entrado viento y se ha complico todo. La boya, como elemento para mantener un barco en su lugar, es un instrumento válido, seguramente mejor, más seguro y más ecológico que un ancla.
Los navegantes en general no tenemos problema en aferrarnos a una boya, nada tenemos en contra de ese elemento. La cuestión es que hasta la fecha, por la experiencia vivida en los últimos años, sólo hemos recibido «puñaladas» por parte de las boyas, o mejor dicho, de su mala gestión.
Lo que hemos visto y sufrido de las boyas es lo siguiente, haciendo un resumen y por ser breve. Actualmente es casi imposible pasar unos días en Cabrera en verano durante un fin de semana. Las reservas de boya de Cabrera, como bien sabéis, se hacen telemáticamente y el pago con tarjeta, lo que eliminó de un plumazo a los abuelos del llaüt, ¿Cómo van ellos a hacer el pago con Visa...? En fin. Luego está el caso de las boyas del Oeste de la isla, donde el sistema online te permite hacer reservas por varias semanas o meses, lo que convierte la zona, de facto, en un puerto encubierto para los que pueden pagar por adelantado meses de boya, por si un día quieren ir por ahí. Tremendo. También vivimos un desastroso campo de boyas en el norte, donde Demarcación de Costas adjudicó a una empresa privada un espacio que nada tenía que ver con el que en realidad explotaron. Mala gestión de boyas, eso hemos visto hasta ahora. Los navegantes intentamos no ir a las zonas de boyas, cuando debería de ser lo contrario, en una boya se está bien y seguro.
En definitiva. Si han de seguir poniendo boyas, porque somos muchos barcos, pues que no sea una cuestión meramente mercantil, que sea un «servicio», como son los faros o los canales de acceso a tierra. Las boyas han de ser gestionadas directamente por la administración correspondiente, en nuestro caso Ports IB, y del mismo modo que tramitamos una tarjeta anual para las rampas de varada, el que quiera que se saque un bono para las boyas, ponga una pegatina o un banderín indicando que está autorizado y listo. Hay que buscar la máxima simplicidad y facilidad de uso para todos. No deben ser gestionadas en ningún caso por empresas privadas o consellerías ajenas y oportunistas.
Ports IB lo está haciendo bien en sus puertos de gestión directa, que han mejorado notablemente en los últimos años. Esperemos que con las boyas sigan ese mismo rumbo.