Aunque lo cierto es que aquel día las previsiones meteorológicas eran claras, había aviso de «temporal del norte». En noviembre, un velero francés de 11 metros zarpó de Toulon con otro aviso claro de «temporal del norte». Naufragó a 32 millas del puerto de Mahón, murió un tripulante.
El 5 de enero un experto kayakista desapareció cuando cruzaba de Formentera a Ibiza. En los tres casos la previsión meteorológica era de «viento fuerte del norte». Este viento, la Tramontana, en Baleares, entra en días especialmente despejados, sin nubes y con el mar previamente en calma. Es un viento que entra rápido y dura normalmente días, e incluso semanas, formando olas enormes.
Puede llegar en invierno o en cualquier época del año y es el más difícil de predecir porque es «explosivo» en su formación, baja de los Alpes y cubre todo el Golfo de León y las islas en pocas horas. La Tramontana se ha llevado en unos meses a cinco personas en Baleares. Poco más tengo que añadir, sólo que, por favor, no confiarse nunca, la Tramontana es un viento muy potente, y el más traidor.