El comandante Phillips, a la izquierda, con su atuendo Ursula al regreso de la misión en la que hundió el Leipzig nazi.
Este verano cenamos en casa de unos amigos y tenían un coffee table book -uno de esos libros bien editados, fotos grandes y textos pequeños- sobre moda masculina, prendas elegantes que todo caballero debería tener. Me hizo gracia ver que en Gaceta Náutica ya les hemos hablado de relojes de submarinismo, camisetas a rayas, Guernesey, náuticos, peacoats… Y saber que me quedan en el tintero los blazers y las bermudas. En el libro hay más ropa y complementos que nada tienen con el mar como, por ejemplo, los Barbours. Sin embargo, este abrigo tan de campiña inglesa tiene un modelo marino, concretamente submarino. El Ursula, el abrigo de las tripulaciones inglesas en la Segunda Guerra Mundial.
El HMS Ursula fue el primer submarino de la clase U, en servicio desde 1938 y que en diciembre del 39 hundió el Leipzig en el estuario del Elba. Luego fue transferido al Mediterráneo para acabar pasando a la flota rusa. El comandante Philips debió hartarse a pasar frío y humedad con los uniformes que les daban. Las condiciones en los submarinos son tan duras que la disciplina no es tan rígida como en otros barcos lo que permitía al oficial de navegación Lakin enfundarse en un mono de motorista de algodón encerado de Barbour. Philips hizo una prueba con Lakin y una manguera contra incendios, quedó tan encantado que fue a la casa Barbour, les pidió que convirtieran el mono en un dos piezas, cuatro bolsillos y capucha para la chaqueta y elásticos en cintura y tobillos para el pantalón. Pagó el prototipo de su bolsillo y encargó veinte para su tripulación. Pintón el del comandante al ser recibido tras el hundimiento del Leipzig. En seguida fue adoptada por toda el arma submarina. Al acabar la guerra los Ursula hicieron el viaje inverso y volvieron a los motoristas. Impresionante lookazo el de Steve McQueen en el ISDT de 1964.
A día de hoy me parece increíble ir a una empresa de ropa y pedir que te hagan algo a medida…y que te lo fabriquen. Entiendo que Barbour en su día era una empresa más pequeña y accesible y podía presentarse un comandante de submarinos con una solicitud. Aún así vamos a probarlo:
Estimado sr. Camper,
Recientemente he participado en la Diada de Vela Llatina y he echado en falta unos zapatos ad hoc para las regatas. Ir descalzo es un peligro y las alpargatas le tienen miedo al mar. ¿Sería posible recuperar el modelo Camaleón y ponerle unas suelas que no resbalen y no marquen la cubierta?
P.d. si no fuera posible ¿podrían reeditar las Imar de la 25ª Copa del Rey?
Atentamente,
Diego Riera Hevia.