A BABOR Y A ESTRIBOR

BARTOMEU BESTARD

Presidente y CEO de Alcudiamar. Empresario y abogado, cuento con formación superior en Administración y Dirección de Empresas. Llevo más de 40 años, toda mi vida profesional, dedicado a la creación y gestión de infraestructuras náuticas. He presidido la patronal FENIB cuando aglutinaba al sector náutico, y también ANADE representando a marinas y clubes náuticos. Mejor unidos que separados. Me gusta el mar, su gente y su cultura colaborativa, que respeta el criterio independiente para poder opinar a babor o a estribor.

La hora de la alta política para el sector náutico

La Constitución y el Estatuto de Autonomía contemplan la competencia autonómica de los puertos deportivos, pero la APB necesita los ingresos de este sector para garantizar su independencia financiera.

La Constitución atribuye a las autonomías la competencia de los puertos deportivos. Es hora de reclamar su cumplimiento.

En mi último post (Los “fondos buitre” del sector náutico) me comprometí a dar ideas para resolver la alta conflictividad en los concursos públicos de las concesiones náutico-deportivas en Baleares.

La situación deriva de una ineficiencia en la aplicación de nuestra Constitución (art. 148.1.6) y de nuestro Estatuto de Autonomía (art.30.5). Ambas normas establecen que la competencia de los puertos deportivos es autonómica. Es verdad que la Constitución determina la competencia exclusiva del Estado en puertos de interés general (art. 149.1.20 CE), pero a su vez la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante señala que los espacios pesqueros y los destinados a usos náutico-deportivos podrán ser segregados de la zona de servicios de los puertos de interés general (art. 3.6). Por tanto el vigente ordenamiento jurídico ya permite segregar las instalaciones náuticas (puertos deportivos) y adscribirlas a la Comunidad Autónoma.

La mayoría de partidos políticos han presentado proposiciones no de ley en el Parlamento Balear para que todos nuestros puertos deportivos sean de gestión autonómica conforme a la Constitución y al Estatuto de Autonomía. Si la norma es tan clara, ¿por qué no se ha hecho? La explicación es simple: la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) precisa de los cánones y tasas que generan los puertos deportivos en el ámbito de su competencia para asegurarse la autosuficiencia presupuestaria que le exige la Ley. Estos ingresos le son obligados y necesarios para afrontar las inversiones públicas que aseguren la conectividad marítima en su condición de puerto de interés general.

Entonces, ¿cuál es la solución? La Comunidad Autónoma debe negociar con la administración central la transferencia de esta competencia sin dañar las arcas de la APB. Para ello debería garantizar el pago de los cánones que dicho organismo público espera obtener de sus concesiones, y que luego el Govern Balear repercutirá a los concesionarios. Es el mismo modelo que se emplea cuando se adscribe a la comunidad un espacio que depende de la Demarcación de Costas, por el cual este organismo fija un canon para el nuevo espacio adscrito a la Comunidad Autónoma.

Con esta fórmula lograríamos armonizar en nuestro territorio las reglas de juego de las concesiones y ponerlas bajo el marco de la Ley de Puertos de la Comunidad Autónoma, donde todas las concesiones tienen asegurada una continuidad en el tiempo y están fuera de la feroz e insana competencia que se vive actualmente en las de ámbito estatal.

De esta manera la Comunidad Autónoma podría resolver las serias amenazas que penden sobre concesiones como la del Club Náutico de Ibiza o el Real Club Náutico de Palma. Daría así cumplimiento al Estatuto y a la voluntad del Parlament, institución que se ha manifestado por aplastante mayoría a favor de la continuidad en dichas concesiones de los actuales gestores.

A su vez la APB se vería liberada de la tremenda presión que vive en estos asuntos, y podría centrarse en lo que constitucionalmente se fija como su misión: la garantía del tráfico comercial y de la conectividad marítima del archipiélago. Se desprendería así de la gestión de los puertos deportivos que tantos quebraderos de cabeza le está dando al no existir en la ley estatal una regulación específica para estas infraestructuras.

Es evidente que en su momento el legislador creyó y entendió que la competencia era y es autonómica, pero asegurando al mismo tiempo el mantenimiento de los recursos vía cánones y tasas que le son propios por el espacio que pondría en manos de la Comunidad Autónoma para así cubrir sus políticas de inversión necesarias.

Resulta paradójico cómo una cuestión jurídica tan simple sobre distribución de competencias puede revertir en una situación de facto tan compleja y problemática. Curiosamente la solución también es sencilla: con un Decreto-Ley el conflicto quedaría resuelto. Por ello, para el sector náutico de Baleares ha llegado de manera ineludible la hora de la alta política.

Nuevos retos, viejos problemas

La náutica precisa de una alta dosis de simplificación administrativa, que, sumada a la innovación, la tecnología y la sostenibilidad, permita desarrollar su gran potencial

El año que se nos va

A nivel legislativo, lo más destacable fue la modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones portuarias anteriores a1992 puedan beneficiarse del sistema de prórrogas

Las tarifas de los amarres

Lo razonable sería que la APB las liberara los precios. Esto permitiría que los amarres de tamaño más reducido, la conocida náutica social, pudieran disfrutar de tarifas más bajas.

Los retos de Javier Sanz en la APB

Formación, conocimientos, experiencia, templanza, liderazgo y capacidad de gestión son cualidades que se concitan en la persona del nuevo presidente de la APB

La gobernanza de la APB

El Consejo debería estar formado por personas de perfil técnico

Es la hora de la política

La modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones anteriores a 1992 puedan acogerse a prórrogas elimina una discriminación y es paradigma de la importancia de las buenas prácticas legislativas.

El partido náutico

«No es descabellado pensar en la aparición de plataformas electorales en defensa de nuestro sector, como ha ocurrido en Países Bajos con los agricultores»

El mantra de la saturación

El uso de las embarcaciones en Baleares es sumamente estacional, incluso más que el turismo convencional, ya sea residencial u hotelero.

Luego lloraremos...

La administración pública ha logrado llevar al sector del mantenimiento de yates a una guerra fratricida

El imperio de la ideología

¿Por qué está vetada en Alcúdia la reparación industrial de embarcaciones mientras se promueve en el puerto de Palma? ¿Por qué las autoridades medioambientales impulsan el desarrollo de un emisario submarino en la Bahía de Alcúdia? La lista de preguntas ocuparía varios folios.

La innovación en las instalaciones náuticas

La innovación debe ser algo más que un bonito discurso, y solo se alcanza a través de la libertad de empresa y la imaginación de sus gestores.

El REB y el sector náutico

La Ley del Régimen Especial de las Illes Balears. (Ley 30/1998) ya identificaba el sector náutico como clave para el futuro de la economía balear

Los ‘fondos buitre’ del sector náutico

Han aparecido en escena “depredadores” que buscan quedarse con un fondo de comercio que ni les es propio ni han contribuido a crearlo

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (y II)

El objetivo la reforma integral de la instalaciones ha sido conjugar en todo momento el desarrollo del negocio con el cuidado del entorno

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (I)

Hemos mejorado en muchos aspectos, pero siguen latentes muchos de los demonios que atenazan a la sociedad y por ende al desarrollo de nuestro sector

Por una economía azul, sin excusas verdes

La larga tradición de los mestres d’aixa, fabricantes de llauts y embarcaciones hoy se imbrica con la actual industria de la reparación y mantenimiento, conformando un potente sector

La imprescindible seguridad jurídica (y II)

Parece justo y razonable favorecer la continuidad de aquellos concesionarios y gestores que han desarrollado en los puertos potentes infraestructuras turísticas e industriales

La imprescindible seguridad jurídica (I)

Parece claro que algo está fallando en el diseño de las reglas de juego cuando se alcanzan unos niveles de litigiosidad tan elevados: es el momento de repensar el sistema