¿Y cuáles son esos motivos?, me preguntarán ustedes, si para cuando esto se publique casi tendremos nuevo gobierno en España. Pues viene a que tras cuatro años de mayoría absoluta, y tras cuatro años en el puesto de director general de la Marina Mercante, Rafael Rodríquez Valero ha anunciado en el reciente Simposio de Clubes Náuticos celebrado en Palma de Mallorca la creación de una Subdirección General de Náutica Recreativa. La noticia me pilló el sábado día 28 de noviembre en Santa Cruz de Tenerife y me fue adelantada por Xavier Jaume, compañero de profesión y fatigas en Nautiservice. No conozco más detalles, pero ahora explicaré mi cabreo.
Hace años que desde la Asociación de Navegantes de Recreo (ANAVRE) primero, desde la Asociación Nacional de Patrones Profesionales de Embarcaciones de Recreo (ANPPER) después, y también como abogado especializado en náutica recreativa, he venido defendiendo la necesidad de un organismo regulador propio.
La contestación era siempre que no había presupuesto, y yo decía que no hacía falta gastar más, bastaba redenominar a la Dirección General de la Marina Mercante como Marina Civil, dividirla en dos subdirecciones generales, una de ellas específicamente para náutica recreativa, y aprovechar los recursos humanos ya existentes en las Capitanías y en la sede central para desarrollar y aplicar una normativa propia en vez de interpretar normativa pensada para grandes mercantes y que resulta inaplicable por definición a embarcaciones y buques de recreo.
Oídos sordos, tanto con el Gobierno anterior como con este… El único partido que se atrevió a reflejar esta propuesta en una campaña electoral fue Ciudadanos en las pasadas autonómicas, a resultas de un informe elaborado por quien escribe y por Xavier Jaume.
Ahora, cuando España se juega mucho y el partido en el Gobierno, con su presidente a la cabeza, afronta el riesgo de naufragar estrepitosamente en las urnas, aparece la Dirección General de la Marina Mercante con una promesa que no tiene tiempo de aplicar.
Es el mismo director que trabaja para un Ministerio de Fomento que ha subido las tasas aplicables a la náutica recreativa, que no ha racionalizado las exigencias en materia de equipamiento de seguridad y radiocomunicaciones para nosotros, que ha hecho una reforma de titulaciones náuticas que no ha contentado más que a algunas academias náuticas de una ciudad sin mar que ostenta el mayor número de Capitanes de Yate de España, que sigue permitiendo sanciones tan exageradas como 6.000 euros por llevar bengalas caducadas en un barquito de siete metros que no vale ni 5.000, que aprueba un Real Decreto de abanderamiento de megayates sin tener ni idea de cómo aplicarlo una vez que entra en vigor, que no tuvo el valor de aplicar la reforma del plazo de revisión de balsas aprobado por su antecesora a causa de las presiones del sector pesquero, etc.
Señor Rodríguez Valero, usted ha estado cuatro años trabajando para un gobierno con mayoría absoluta, cuatro años para hacer muchas cosas. ¿De verdad espera que ahora le creamos?