El 25 de mayo, el Consejo de Administración de Puertos IB perpetró la aprobación de las condiciones de gestión para los campos de boyas en las 7 zonas LIC de nuestras islas. Y digo perpetró porque no se puede decir de otra manera, puesto que estos señores parecen pensar que vivimos en un mar en calma constante.
Cabe destacar la abstención de las Capitanías Marítimas y las asociaciones de clubes náuticos y marinas por motivos varios, entre ellos que no se les facilitó el borrador hasta unas horas antes de la reunión sin darles tiempo a estudiarlo. Pero principalmente porque lo aprobado es peligroso, muy peligroso, ya que el concesionario sólo está obligado a que los fondeos soporten hasta 10 nudos de viento, algo que cualquiera de los embates propios del verano supera con creces. ¿Qué ocurre si hay más de 10 nudos? ¿Se clausura el campo? ¿Fondeamos? ¿Nos vamos al carajo? Por favor, que me lo expliquen.
Además, al prohibir el fondeo incluso sobre arena dentro de los campos de boyas se está faltando a lo previsto en el artículo 7.2 del «decreto posidónico» que contempla esa posibilidad y es reflejo de uno de los pocos acuerdos que se lograron entre la comunidad náutica y el Conseller Mir (a veces cumple lo que promete) durante el trámite de alegaciones al texto legal.
Y luego tenemos el tema de los precios. Con una capacidad recaudatoria superior al millón de euros por temporada y un coste previsto de poco más de un millón de euros entre las dos temporadas, nos encontramos con que hay un importante superávit potencial. Pero no nos consta que se haya previsto un uso para ese sobrante.¿Acabará en manos del concesionario encargado de cobrar, en los trenes de Mallorca, en vivienda social?
No lo sabemos, pero viendo cómo se han hecho las cosas por parte de la Conselleria en años anteriores igual acaba destinado a subvencionar la construcción de campos de petanca o cualquier otra cosa que se les ordene.
Se supone que estos campos de boyas se instalan para proteger la posidonia y para la seguridad de los usuarios, se supone, aunque me temo que es mucho suponer.
Un somero análisis nos muestra que para el 80% de la flota (embarcaciones hasta 8 metros) se destina el 25% de las boyas, el potencial recaudatorio casi duplica el coste del contrato (sería interesante ver el desglose de costes del concesionario y cómo se aplica o prevé aplicar un posible superávit) y, por último, se instalan fondeos de chichinabo que pueden ponernos en peligro con una racha de esas que tenemos todos los días en nuestras islas.
Bien está proteger el medio ambiente, pero no que nos pongan en peligro ni nos tomen el pelo con ese pretexto. ¿De verdad quieren proteger la posidonia océnica? Pues arreglen de una puñetera vez el tema de depuradoras y emisarios submarinos.
Esta vez a mi respetado Xavier Ramis le han colado un gazapo en forma de peligro público.