A BABOR Y A ESTRIBOR

BARTOMEU BESTARD

Presidente y CEO de Alcudiamar. Empresario y abogado, cuento con formación superior en Administración y Dirección de Empresas. Llevo más de 40 años, toda mi vida profesional, dedicado a la creación y gestión de infraestructuras náuticas. He presidido la patronal FENIB cuando aglutinaba al sector náutico, y también ANADE representando a marinas y clubes náuticos. Mejor unidos que separados. Me gusta el mar, su gente y su cultura colaborativa, que respeta el criterio independiente para poder opinar a babor o a estribor.

Por una economía azul, sin excusas verdes

La larga tradición de los mestres d’aixa, fabricantes de llauts y embarcaciones hoy se imbrica con la actual industria de la reparación y mantenimiento, conformando un potente sector

En una época no muy lejana estaba radicada en Mallorca una industria náutica conformada por pequeños y medianos astilleros de construcción y reparación de embarcaciones,  nacidas éstas de las manos expertas de los mestres d’aixa y de los que adoptaron la fabricación en resina de poliéster.

Palma, Andratx y Sóller desarrollaron por entonces una gran actividad de carpintería de ribera, y en épocas más recientes se unieron Cala Rajada, Porto Colom, Alcudia, Pollensa y Porto Cristo. Tampoco debemos olvidar fabricantes locales de embarcaciones y llauts como Borrás, Bennásar, Curret, o Majoni.

Una Administración miope y despreocupada por mantener nuestro tejido industrial dejó que estas empresas fueran cerrando o deslocalizándose de nuestro territorio, quizá porque creían que la industria turística sería más que suficiente para garantizar el crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos en Mallorca.

Sin embargo, posiblemente conscientes de ese error, ahora se habla mucho (otra cosa es lo que efectivamente se hace) de la necesidad de cambiar nuestro modelo productivo y orientarlo hacia otras actividades.

La larga tradición de los mestres d’aixa, fabricantes de llauts y embarcaciones hoy se imbrica con la actual industria de la reparación y mantenimiento, conformando un potente sector localizado en Palma, Alcudia, Port Adriano, Puerto Portals, y en los  varaderos de marinas y clubes náuticos de nuestro litoral. A ellos hay que añadir naves y espacios dedicados al hibernaje, reparación y mantenimiento de embarcaciones situadas en suelo industrial, y también en rústico. Ejemplos de ello son Astilleros Mallorca, Servicios Técnicos Portuarios, el varadero de Audax Marina en Palma o en Alcudia el área técnica de Alcudiamar.

La Administración autonómica, la anterior y la presente, ha declarado esta industria como estratégica para Balears. Para ello disponemos de un centro nacional de referencia para la formación profesional náutica en Menorca, y se está impulsando la puesta en marcha de nuevos centros en Palma y Alcudia, así como la apuesta por la formación universitaria especializada en náutica de la UIB.

Dicho todo esto, ¿cuál es hoy la situación operativa de esta industria de reparación y mantenimiento? La realidad es que nos encontramos ante una absoluta falta de espacio industrial para poder dar respuesta al mercado y a sus necesidades. 

¿Por qué sucede esto en un sector declarado estratégico? En la parte que compete a Puertos del Estado, la Autoridad Portuaria está paralizada, seguramente como consecuencia de los procesos judiciales que le afectan, y se bloquea cualquier solución imaginativa y valiente tendente a dar respuesta inmediata al problema. A su vez, el lobby ambiental ejerce cada vez más influencia en la toma de decisiones, rechazando cualquier iniciativa empresarial amparándose en muchos casos en criterios puramente ideológicos.

Rechazo a las ampliaciones

Esa misma situación también la padecen los puertos de competencia autonómica, que han visto laminado un plan que abordaba sus planteamientos y necesidades bajo ese mismo adoctrinamiento que solo contempla una respuesta: NO. Amarres no, varaderos no, áreas técnicas no y marinas secas no. De hecho, el Govern de las Illes Balears rechazó recientemente ampliar el espacio destinado al mantenimiento y reparación de embarcaciones en los puertos de gestión directa de la Comunidad Autónoma a pesar de reconocer la escasez de suelo industrial para el sector náutico.

En Europa, con su estricta legislación ambiental, el punto de partida a la hora de valorar un proyecto nunca es la negativa por sistema. Bajo criterios de responsabilidad e implementando las mejores técnicas disponibles de gestión eficiente, se busca un equilibrio justo entre las virtudes de un proyecto y sus posibles externalidades negativas.

La náutica combina tradición y modernidad, ofrece empleo de calidad y bien remunerado, es una actividad transversal que sirve a los ciudadanos de Baleares en su desarrollo económico y bienestar, aporta riqueza y contribuye al sostenimiento de las necesidades sociales. Además, mejora nuestra conectividad como territorio insular. En definitiva, desde un punto de vista realista y sin caer en un voluntarismo a largo plazo, la náutica es hoy una industria capaz como pocas de diversificar la economía productiva de nuestras islas.

El uso recreativo del mar no debería ser coartado, ni mucho menos vetado. No podemos ni debemos renunciar por cuestiones ideológicas a una economía náutica sostenible vinculada al disfrute del mar. Debemos dar respuesta a la falta de espacio para la reparación y mantenimiento de embarcaciones buscando los máximos estándares de sostenibilidad posibles. Disponemos de buenas infraestructuras, tecnología, conocimiento, empresas y emprendedores. No se precisan ayudas públicas ni subvenciones, lo que falta es decisión política.

Necesitamos consensos y una administración que tome decisiones a tiempo. Europa está marcando el rumbo hacia una “economía azul”, pero en Baleares parece que algunos solo buscan excusas “verdes” para remar en dirección contraria. Alcancemos acuerdos como el que ha permitido a Barcelona pujar para ser sede de la “Copa América”. Da un poco de pena imaginar qué hubiera pasado si se hubiera planteado aquí.

Nuevos retos, viejos problemas

La náutica precisa de una alta dosis de simplificación administrativa, que, sumada a la innovación, la tecnología y la sostenibilidad, permita desarrollar su gran potencial

El año que se nos va

A nivel legislativo, lo más destacable fue la modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones portuarias anteriores a1992 puedan beneficiarse del sistema de prórrogas

Las tarifas de los amarres

Lo razonable sería que la APB las liberara los precios. Esto permitiría que los amarres de tamaño más reducido, la conocida náutica social, pudieran disfrutar de tarifas más bajas.

Los retos de Javier Sanz en la APB

Formación, conocimientos, experiencia, templanza, liderazgo y capacidad de gestión son cualidades que se concitan en la persona del nuevo presidente de la APB

La gobernanza de la APB

El Consejo debería estar formado por personas de perfil técnico

Es la hora de la política

La modificación de la Ley de Puertos del Estado para que las concesiones anteriores a 1992 puedan acogerse a prórrogas elimina una discriminación y es paradigma de la importancia de las buenas prácticas legislativas.

El partido náutico

«No es descabellado pensar en la aparición de plataformas electorales en defensa de nuestro sector, como ha ocurrido en Países Bajos con los agricultores»

El mantra de la saturación

El uso de las embarcaciones en Baleares es sumamente estacional, incluso más que el turismo convencional, ya sea residencial u hotelero.

Luego lloraremos...

La administración pública ha logrado llevar al sector del mantenimiento de yates a una guerra fratricida

El imperio de la ideología

¿Por qué está vetada en Alcúdia la reparación industrial de embarcaciones mientras se promueve en el puerto de Palma? ¿Por qué las autoridades medioambientales impulsan el desarrollo de un emisario submarino en la Bahía de Alcúdia? La lista de preguntas ocuparía varios folios.

La innovación en las instalaciones náuticas

La innovación debe ser algo más que un bonito discurso, y solo se alcanza a través de la libertad de empresa y la imaginación de sus gestores.

El REB y el sector náutico

La Ley del Régimen Especial de las Illes Balears. (Ley 30/1998) ya identificaba el sector náutico como clave para el futuro de la economía balear

La hora de la alta política para el sector náutico

La Constitución y el Estatuto de Autonomía contemplan la competencia autonómica de los puertos deportivos, pero la APB necesita los ingresos de este sector para garantizar su independencia financiera.

Los ‘fondos buitre’ del sector náutico

Han aparecido en escena “depredadores” que buscan quedarse con un fondo de comercio que ni les es propio ni han contribuido a crearlo

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (y II)

El objetivo la reforma integral de la instalaciones ha sido conjugar en todo momento el desarrollo del negocio con el cuidado del entorno

Alcudiamar, tres décadas de singladura hacia buen puerto (I)

Hemos mejorado en muchos aspectos, pero siguen latentes muchos de los demonios que atenazan a la sociedad y por ende al desarrollo de nuestro sector

La imprescindible seguridad jurídica (y II)

Parece justo y razonable favorecer la continuidad de aquellos concesionarios y gestores que han desarrollado en los puertos potentes infraestructuras turísticas e industriales

La imprescindible seguridad jurídica (I)

Parece claro que algo está fallando en el diseño de las reglas de juego cuando se alcanzan unos niveles de litigiosidad tan elevados: es el momento de repensar el sistema