Hasta 11 años es el tiempo que un aficionado a la náutica tiene que esperar para conseguir un amarre de gestión directa en el puerto de Alcudia. La cifra es inferior en el puerto de Palma, donde se reduce a casi ocho años.
La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha publicado la actualización con fecha de enero de 2022 de la lista de espera para la prestación del servicio y asignación de puesto de amarre base para embarcaciones de recreo no profesionales en instalaciones gestionadas directamente por el ente portuario en Palma y Alcudia.
Los precios de estos amarres de gestión pública directa son más bajos que los que gestionan los concesionarios (clubes náuticos y puertos deportivos), por lo que son la primera opción de muchos aficionados a la náutica recreativa.
En el puerto de Palma, la lista de espera asciende a 736 personas. La petición más antigua es de julio de 2014, por lo que esa persona lleva más de siete años y medio aguardando a obtener su plaza. Por lo que respecta al puerto de Alcudia, hay un total de 107 peticiones en lista de espera y la más antigua fue solicitada en 2011.
Las solicitudes de un amarre de base aumentaron el año pasado lo que ha provocado que la lista de espera también haya crecido. Un total de 253 personas pidieron un puesto de gestión directa en el puerto de Palma, una cifra superior a las balas registradas.
Los cerca de 1.500 amarres que gestiona Autoridad Portuaria de forma directa en el puerto de Palma están repartidos por el Paseo Marítimo en los muelles de es Jonquet y San Pedro, en las dársenas de San Magín y Can Barbarà y en el Portitxol, mientras que en Alcudia, el cerca de un centenar de puestos de amarre se ubican junto al muelle pesquero.
Desde 2016, el registro está limitado embarcaciones recreativas de hasta ocho metros de eslora y los solicitantes tienen que renovar su petición cada seis meses, a principios de enero y de julio. Además, la APB no permite el cambio de titularidad de las embarcaciones, por lo que su un titular vende su embarcación pierde automáticamente, al margen de la picaresca, su amarre de gestión directa.