Alcudiamar apuesta por la biorremediación

El puerto deportivo repoblará con mejillones sus aguas portuarias para mejorar la calidad, transparencia, ecología y capacidad de albergar cada año más vida marina

Alcudiamar albergará un proyecto científico, dirigido por biólogos y veterinarios expertos en la materia, que pretende que el mejillón mediterráneo o “de roca”, habitual en nuestras aguas hasta los años noventa, vuelva a los puertos, donde siempre estuvo. Para ello, bajo un riguroso control, se instalarán “jaulas” con varios miles de mejillones para monitorizar su capacidad de adaptación. En una fase posterior, previsiblemente en primavera, se podrá conseguir una correcta biorremediación. 

Un mejillón adulto filtra entre dos y cinco litros de agua cada hora, ininterrumpidamente, lo que supone unos 120 litros cada día durante los 365 días del año. En este proceso natural de filtrado aprovecha los nutrientes para alimentarse, decantando los contaminantes en un órgano especial, el hepatopáncreas. Filtra incluso microplásticos, con lo que el mejillón consigue de forma biológica que el agua que ha pasado por su organismo salga completamente libre de toxinas y exceso de nutrientes, como fecales o plancton. Según varios estudios, este proceso mejora notablemente la trasparencia de las aguas portuarias.

El calentamiento global, la superpoblación y las aguas fecales han dificultado las funciones de los animales filtrantes marinos que no pueden desplazarse. Es el momento de ayudarles con hechos y ciencia para que recuperen su lugar en el ecosistema. 

El proyecto de Alcudiamar sigue la hoja de ruta marcada por la Autoridad Portuaria de Baleares, que este verano realizó una primera prueba durante tres meses en el puerto de Palma. La idea original partió de Astilleros de Mallorca, que en mayo de 2022 realizó con biólogos una primera investigación en sus instalaciones y en las de La Lonja Marina Charter. La mortalidad de los mejillones en Palma fue alta debido a la elevadísimas y extraordinarias temperaturas del agua del mar este verano. Ahora se inicia una nueva fase de investigación que tiene muy en cuenta la posibilidad de más veranos tórridos, como el que hemos vivido. El ciclo natural del mejillón provoca una gran mortalidad en épocas cálidas extremas. Por ello, según los expertos, en verano habrá que sumergirlos a una mayor profundidad, fuera del puerto, tal y como hacen en las bateas de Tarragona, por ejemplo.  

El objetivo principal de Alcudiamar en este proyecto es apoyar el trabajo de los expertos para buscar la supervivencia del mejillón en los puertos, y de esta manera ayudar al entorno marítimo a mejorar sus aguas. Se trata de un proyecto de investigación audaz e innovador que se inició recientemente en el puerto de Nueva York. Los responsables de Alcudiamar han decidido invertir en la investigación por biorremediación, porque los resultados iniciales invitan al optimismo.

Unos 50.000 mejillones filtran 3.600.000 litros de agua al día, el equivalente al volumen de una piscina olímpica de 50 metros de largo. Puesto que la campaña anual de filtrado real y efectivo se ha estimado en tres fases de tres meses, es decir 270 días, el filtrado teórico en una campaña anual sería de unos 972.000.000 de litros por temporada.

Alcudiamar tiene un espejo de agua de unos 150.000 metros cuadrados y una profundidad media de 2 metros, por lo que alberga aproximadamente 300.000 metros cúbicos de agua, lo que equivale a unos 300.000.000 de litros. Por lo tanto, 50.000 mejillones, que aproximadamente son una tonelada, filtrarían 3.600.000 litros cada 24 horas. Por tanto, cada 83 días se filtraría toda el agua del interior de Alcudiamar.

Ayuda a la descarbonización

Para mejorar la calidad del agua de una zona portuaria, o de otras aguas confinadas, se podrían utilizar depuradoras mecánicas de propulsión eléctrica. Su capacidad de filtrado es similar a la de los mejillones, ya que discrimina las partículas orgánicas, el plancton y otros organismos. Sin embargo, el consumo de energía no es comparable. Una depuradora sencilla, para una piscina o estanque mediano, puede filtrar hasta 10.000 litros por hora, con un consumo eléctrico de 430 W/h.

Por tanto, una bomba eléctrica, filtrando durante las 24 del día, podría depurar unos 240.000 litros cada 24 horas, unas quince veces menos que 50.000 mejillones. El consumo de una depuradora de 430 W sería de 10.320 W diarios, que multiplicado por quince depuradoras supone un total de 154.800 W de consumo eléctrico cada 24 horas.

En definitiva, para poder filtrar lo mismo que 50.000 mejillones, que obviamente no consumen energía eléctrica, deberían instalarse 15 depuradoras de 430 W, con un consumo diario de 154 KW/24. En un año, las 15 depuradoras necesarias para filtrar lo equivalente a 50.000 mejillones, consumirían 56.210 KW. El ahorro de CO2 sería de 85.86 toneladas, que se dejarían de emitir. Por tanto, el filtrado por medios biológicos, además de mejorar la ecología del agua, evita el uso de energía eléctrica, lo que ayuda a la descarbonización del planeta.

Los trabajos de implementación y estudio en Alcudiamar se iniciaron el 15 de octubre con la instalación de cinco jaulas de mejillones, que se revisarán cada semana y se verificará su supervivencia y capacidad de filtrado. El proyecto es de Alcudiamar, que ha externalizado el control de los mejillones a través de la empresa Desafío en Azul S.L, que coordina la labor de técnicos, biólogos y veterinarios, priorizando el bienestar animal.

Los mejillones utilizados provienen de las bateas de Menorca y disponen de toda su documentación para el trasporte y alimentación, aunque en este caso no acabarán en un restaurante, sino que vivirán todo su ciclo vital completo. 

La biorremediación, utilizar mejillones para ayudar a mejorar las aguas, es un método en realidad muy similar al de usar ovejas para limpiar un campo o abejas para polinizar los bosques. Los seres humanos debemos volver a utilizar la naturaleza con sabiduría, con ciencia y con cultura de respeto y agradecimiento al entorno.

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