
Entrevista a Bartomeu Homar, autor del libro Mar de Tramuntana.
Los paisajes de la infancia de Bartomeu Homar i Bestard (Esporles, 1966) se remontan a principios de la década de los 70 del siglo XX y se ubican en Es Port des Canonge, uno de los más bellos parajes costeros de la sierra norte de Mallorca. Barrunta que quizás en aquella época despreocupada y de juegos a la orilla del Mediterráneo se encuentre el origen de su último libro, Mar de Tramuntana (Ediciones Documenta Balear), donde, con el rigor del buen periodista y la sensibilidad del escritor, descubre los secretos del patrimonio marítimo que ofrenda a la vista la travesía entre el Port d’Andratx y el Cabo de Formentor, al través de las imponentes montañas que la naturaleza decidió convertir en “obra de arte”.
El Ecomuseu del Club Nàutic de Cala Gamba ha acogido hoy la presentación oficial del libro de Bartomeu Homar con una notable asistencia de público y de ventas, reconfortante prueba de que las cuestiones patrimoniales sí interesan a la gente. Han secundado al autor el navegante y xeremier John Lambourne, el fotógrafo Tolo Balaguer (responsable de la parte gráfica) y el escritor Bernat Oliver, quienes han dado buenos motivos para leer Mar de Tramuntana y tomar conciencia de la importancia de conservar los bienes culturales marítimos que se esconden en este y otros puntos de la costa insular.
Quien también invita a disfrutar del bien documentado trabajo de Homar es el escritor José Carlos Llop en el prólogo de la obra: “Este libro es un ensayo sobre un fragmento de la geografía de Mallorca y a la vez una novela donde hay personajes que luchan en Lepanto u otros que trabajan para Al Capone, y comparecen canónigos miedosos, acorazados alemanes, hombres prehistóricos, guerreros astutos, piratas turcos…”.
En efecto, Mar de Tramuntana va mucho más allá de una mera descripción de inmuebles y recoge también el que, a juicio de Homar, es el patrimonio más delicado, por ser el que antes se pierde: el inmaterial, el que ha sobrevivido oralmente de generación en generación y corre el peligro ser lapidado bajo la colosal maraña de datos del mundo digital.
John Lambourne ha incidido asimismo en esta idea de utilidad de la obra: “Con su navegación por la Serra de Tramuntana, Bartomeu ha creado una obra muy bella y emocionante. He aprendido mucho y a ratos he sentido el espíritu de otro gran descriptor de estos parajes, el archiduque Luis Salvador. Este libro servirá para preservar en el recuerdo muchos conocimientos que hoy están en riesgo de desaparecer”.
Tolo Balaguer, cuyas fotografías acompañan los textos del libro, ha advertido que la Serra de Tramuntana es una joya que puede perderse y ha revelado que la imagen que ilustra la portada, de hace unos 20 años, muestra una antigua rampa de varada que ya no existe. Homar ha reconocido que la eligió precisamente por esa razón, como símbolo de la fragilidad del patrimonio marítimo.