El nuevo decreto pretende impulsar y fomentar los barcos clásicos. Foto: Luís Fernández
De momento es solo un anuncio, una nota de prensa, y habrá que ver si se dota de contenido o se queda en otra declaración de intenciones pero el Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto que pretende impulsar la protección y la promoción de los buques y embarcaciones históricas, incluyendo también las réplicas, siempre cumpliendo determinadas características.
La información facilitada desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana afirma que “la nueva normativa simplifica la documentación administrativa a este tipo de embarcaciones, y abre la posibilidad de que gocen de diversas ayudas, lo que favorecerá la protección y promoción de este patrimonio cultural de España”.
Como es lógico, el anuncio ha despertado expectación entre los armadores de los barcos clásicos. Eduardo Jardón, armador del Rosendo, un cúter bermudiano botado en 1950 tras una azarosa construcción que se prolongó durante una década, expresa que su deseo es que la nueva normativa, pendiente de publicación en el BOE, se adecúe a la normativa existente en países como Francia e Italia donde se considera a estos barcos clásicos como patrimonio naval.“Sería muy fácil hacerlo bien simplemente copiando la reglamentación que existe ya en esos países para proteger estos barcos” afirma.
Eduardo Jardón apunta a varias medidas concretas como “articular ventajas fiscales que hagan menos gravoso mantener estos barcos, por ejemplo, eliminar el impuesto de transmisiones”.
En su opinión sería primordial “fijar subvenciones a los clubes náuticos para que los amarres de este tipo de barcos sean menos caros”. Las inspecciones técnicas para los barcos clásicos también son especialmente gravosas pues están obligados a pasarlas cada dos años, por lo que Jardón sugiere que sería justo “aumentar ese plazo hasta los cinco años, como el resto de embarcaciones”.
Por último, el armador apunta que sería necesario que se fijaran ayudas a los armadores para garantizar el correcto y exigente mantenimiento que necesitan estos auténticos museos flotantes.