Descubierta una colonia de cianobacterias junto a la tubería de aguas sucias de Palma

La Universitat de les Illes Balears confirma la presencia de estos microorganismos en unas muestras recogidas por Gaceta Náutica. La aparición de esta especie se suele producir por exceso de contaminación orgánica.

Un grupo de buceadores de Gaceta Náutica descubrió el pasado 28 de agosto en la Bahía de Palma una extensa colonia de unas manchas rojas que, una vez analizadas, han resultado ser cianobacterias.

El microorganismo se halla posado sobre el lecho marino a unos 15 metros de profundidad, a sólo 400 de la desembocadura de la tubería submarina de Ciudad Jardín por donde se vierten al mar la mayor mar parte de las aguas residuales y pluviales de la ciudad de Palma, y ocupa una extensión aproximada de unos mil metros cuadrados.

La aparición de cianobacterias se suele dar en aguas que soportan una elevada aportación de materia orgánica, especialmente fosfatos y nitratos. Esta enfermedad es habitual en los acuarios y su erradicación resulta muy compleja.

La delegación balear del Instituto Español de Oceanografía (IEO), primera institución en ser informada del hallazgo, aseguró no tener constancia oficial de una concentración semejante de este tipo de manchas en Baleares.

Su aspecto, reconoció desde un principio, era el de un alga roja o cianobacteria, si bien este hecho no se pudo confirmar de forma categórica a partir de las fotografías aportadas en primera instancia por Gaceta Náutica, obra de la apneísta María Arcos.

Otro organismo especializado, el Banco Español de Algas de la Universidad de Las Palmas, ya había apuntado en la misma dirección, así como los biólogos Juan José Campos y Sergio Ruiz, pero la confirmación no ha llegado hasta hoy, en que el catedrático de microbiología de la Universitat de les Illes Balears (UIB), el doctor Jorge Lalucat Jo, ha asegurado que el análisis al miscroscopio de unas muestras biológicas aportadas por este periódico contienen cianobacterias, protozoos y diatomeas.

EL HALLAZGO. El descubrimiento de estos mantos bacterianos se produjo durante la comprobación del estado de la pradera de posidonia situada en las proximidades del emisario submarino de Ciudad Jardín por parte de un grupo de colaboradores de la publicación Gaceta Náutica.

La primera inmersión se realizó en apnea (a pulmón) el 28 de agosto, junto a un equipo del canal M6 de la televisión francesa que está preparando un reportaje sobre el saneamiento de las aguas y la contaminación en Baleares.

Uno de los buceadores, el periodista de Gaceta Náutica Juan Poyatos, explica que la tubería submarina no estaba vertiendo aguas fecales, pero que le llamó la atención la presencia de unas boyas sin ningún indicativo que parecían acotar un área de un kilómetro cuadrado, aproximadamente.

“Nos sumergimos siguiendo la guía de una de estas balizas y eso nos condujo hasta las manchas rojas. Había muchas y de diferentes tamaños. Nos parecieron muy extrañas desde el primer momento, por lo que decidimos fotografiarlas”, relata.

Una vez confirmada la anomalía del hallazgo a través de las consultas científicas, los submarinistas realizaron ayer una segunda inmersión para recoger muestras y ponerlas a disposición de los doctores Ana María Abril y Guillem Mateu, expertos en zoología marina de la UIB, y de otros laboratorios privados. La respuesta de la universidad balear llegó esta misma mañana: tal y como se sospechaba, las manchas rojas son cianobacterias.

LOCALIZACIÓN. La segunda inmersión resultó bastante compleja. Por alguna razón desconocida, las boyas que a finales de agosto marcaban el punto exacto de la colonia de manchas rojas habían desaparecido. Ello dificultó su localización, pero al final fue posible tomar las muestras y bucear, en esta ocasión con equipo autónomo, durante una hora sobre lo que resultó ser un desierto submarino a menos de una milla de la playa.

“Grabamos planos muy largos de vídeo sobre una superficie equivalente a un campo de baloncesto –añade Poyatos–. Ya en tierra pudimos comprobar que en la zona de las manchas no hay nada de vida, ni un pez, ni una gamba, ni una estrella de mar. Nada salvo arena y cientos de manchas rojas, algunas de más de dos metros. La poca posidonia que queda está dispersa y en muy mal estado”.

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