Imagen de ayer de la dársena del Molinar, con las obras del edificio social sin aparente evolución y vacía de embarcaciones.
La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) parece que poco a poco va dando salida a los numerosos concursos que tenía paralizados. Este verano se han adjudicado los de la marina de levante en el puerto de La Savina en Formentera, el muelle de grandes esloras de Ibiza y las dos instalaciones en las que el ente portuario ha dividido los amarres del muelle de Levante del puerto de Mahón.
Sin embargo, hay un concurso que se le resiste, el del puerto del Molinar. En verano de 2020, la APB dinamitó la continuidad del Club Marítimo Molinar, una entidad con más de 100 años de historia, y convocó un concurso público para gestionar la dársena des Caló d’en Rigo en el Puerto de Palma. En octubre de ese mismo año se procedió a la apertura de plicas y se supo que cinco empresas optan a gestionar los amarres y el que era el edificio social del club, que podrá albergar un bar o restaurante. Las empresas que aspiran a esta concesión son J2 Sailing Services S.L., Dega Investments S.L., Palcadar S.L., Gestió Nautica Cinc Illes S.L. y Nautic Assets Developers Team S.L.
Este mes se cumplen dos años de la apertura de plicas y el concurso sigue sin resolverse, algo insólito en la historia de la Autoridad Portuaria de Baleares. Mientras, la dársena del Molinar permanece vacía a la espera ser ocupada por embarcaciones. En realidad lleva así cuatro años.
Las obras de remodelación se iniciaron por la vía de urgencia en la primavera de 2019, pero toda esa prisa que el ente portuario presidido entonces por Juan Gual tuvo para echar al Club Marítimo del Molinar de las instalaciones no se ha correspondido ni a la hora de finalizar los trabajos de reforma ni tampoco para resolver el concurso de la nueva concesión. La dársena está lista desde hace tiempo para amarrar barcos de pequeña eslora, pero las obras en el edificio social siguen en marcha y todavía se desconoce su fecha de finalización.
Además, la APB ha reconocido que el puerto necesitará dragados constantes. Los problemas de calado que generan las corrientes de arena en el puerto no se han resuelto con la reforma. Esos problemas –ahora mismo la profundidad en la entrada varía entre los 40 y los 80 centímetros– hacen que la instalación no sea operativa para la vela ligera no solo los días de tormenta, sino también con un poco de Embat.