No vio a los jóvenes a los que arrolló. No estimó que hubiera peligro pues no había detectado bañistas en el agua, el barco de los arrollados estaba a 50 metros y los heridos estaban fuera de la zona balizada para el baño en el momento del percance. Este ha sido hoy el testimonio del hombre al que se juzga en Palma por un accidente náutico ocurrido en aguas de Es Trenc en julio de 2018.
Dos jóvenes alemanes de 20 y 26 años resultaron gravemente heridos. Uno de ellos perdió en el mismo instante un brazo mientras que al otro tuvieron que amputarle una pierna como resultado de las graves heridas sufridas tras ser arrollados por una lancha que guiaba el ahora juzgado. Los jóvenes han asegurado en su testimonio que en el momento del accidente estaban en la superficie, no buceando, y parados, pese a que portaban un hidropropulsor.
El juicio, que se ha programado en sesiones que se prolongarán tres días, vivirá mañana una jornada decisiva, pues será el turno de la declaración de los peritos. Los técnicos serán los encargados de determinar si navegar a una velocidad de entre 18 y 22 nudos (de 33 a 40 kilómetros por hora) en las circunstancias del día del accidente, un dato que el acusado ha dado por cierto, puede ser considerado o no una imprudencia.
La aseguradora Zurich ha puesto a disposición del juez el tope máximo de indemnización por responsabilidad civil que cubría la póliza con que tenía suscrita la embarcación del ahora juzgado: 240.000 euros.
Sin embargo, la acusación reclama un monto total que supera los dos millones de euros y pide tres años de cárcel para el acusado como responsable de un delito de imprudencia grave. Hasta el momento, no se ha alcanzado un acuerdo entre acusación y defensa, pues el abogado argumenta que en este caso el percance ocurrió fuera de la zona balizada para el baño y que, por lo tanto y como mínimo, la responsabilidad es compartida.
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