"Los pescadores vivían en barracas y sus mujeres tenían que ir andando hasta Llucmajor para vender el pescado. La vida aquí era muy dura y muy precaria». Son palabras de Martí Serrá, un joven historiador que ha buceado en los orígenes de lo que hoy es la localidad de S’Estanyol y ha descubierto cómo el interés común de los humildes pescadores que habitaban la zona desde principios del siglo XX, los ‘senyors’ de Llucmajor y los veraneantes que empezaron a colonizar la costa mallorquina mediados los años 50 dio pie a lo que hoy es uno de los clubes náuticos más interclasistas de Baleares.

«Aquellos pescadores -recuerda Martí Serrá- eran los primeros interesados en que hubiera un puerto en condiciones, pues hasta entonces guardaban sus embarcaciones en barracas y no las podían botar cuando había mal tiempo». Así se entiende que recibieran de buen grado la propuesta de creación de un club náutico que, desde sus inicios, se caracterizó por tener una gran actividad náutica, especialmente de vela.

Las fotografías de los años 50 que se conservan en el archivo del club atestiguan que, junto a los profesionales del mar, que a día de hoy siguen saliendo a faenar con sus artes tradicionales, convivía una de las mayores flotas de Optimist de Mallorca.

«El club -explica Serra, autor del libro que recoge con detalle la historia S’Estanyol– nació con una  clara vocación de fomentar el deporte de la vela. Prueba de ello es el papel que jugó la federación en el proceso de fundación. Muy pronto se convirtió en el centro social de la localidad, el punto de encuentro donde se han relacionado varias generaciones y que ha contribuido a mantener viva la afición por las actividades náuticas durante cinco décadas».

Exactamente durante 51 años, precisa su actual presidente, Vicens Monerris, gran aficionado a la pesca recreativa y dirigente convencido de la función social y deportiva que corresponde a un club náutico. «El año pasado teníamos preparada una fiesta para festejar el aniversario, pero tuvimos que aplazarla por la pandemia, así que ahora celebramos en realidad 50+1 años». Aquella fiesta pospuesta se hizo finalmente el 10 de julio en la explanada del club. 

El Club Nàutic S’Estanyol está en el grupo de los primeros que se adaptaron a la Ley de Puertos de Baleares y renovaron sus concesiones por 30 años, prorrogables a otros cinco. Su futuro está garantizado a medio plazo. «Pero debemos seguir siendo el club de siempre, apostando fuerte por el deporte y la actividad social», recalca Monerris, recién llegado de una de las competiciones de pesca que organiza el CN S’Estanyol. Su sueño es ver a uno de sus regatistas conquistando una prueba internacional.