Pep Bonet, el español más rápido a bordo de una tabla de windsurf. Fotos: Stefan Csáky
A Pep Bonet le gusta la velocidad. Ha probado navegar en tabla con foils pero le parece «demasiado pacífico». «A mí me gusta sentir la dureza de la vela, de la tabla. Me gusta saltar, correr al máximo, las caídas…» A sus 44 años, y tras más de 20 alejado de la competición, Bonet dejó boquiabiertos a los mejores windsurfistas del mundo en el Lüderitz Speed Challenge de Namibia a finales de 2018. Registró una velocidad media de 50.48 nudos, 53 de punta, nuevo récord nacional y undécima mejor marca a nivel mundial.
Bonet, regatista del Club Nàutic Sa Ràpita, llevaba mucho tiempo apartado de su tabla de windsurf. Aunque de los 14 a los 21 años fue profesional de este deporte, los derroteros de la vida le hicieron coger su cámara Nikon, marca de la que es embajador en Europa, y relatar las injusticias de la guerra o la «cruda» realidad de los países menos favorecidos. «Llevo 25 años documentando conflictos. Me he comido muchos marrones y muchas guerras y a través de la fotografía he querido relatar las injusticias que se viven en el mundo. Ahora quiero dedicarle un año al windsurf y desconectar de todo esto», asegura.
Su vuelta a la competición surgió de casualidad. «Mi mujer bromeó con que nunca me había visto hacer windsurf y entonces le enseñé una caja llena de recuerdos y recortes de prensa». Entre esas noticias estaba la de que en 1995 se proclamó campeón del mundo de PWA y fijó el récord de España de velocidad en 44.3 nudos. «Quise saber cuál era el nuevo récord y descubrí el Lüderitz Speed Challenge; les envié un correo para informarme, mi intención no era navegar, y cuando descubrieron que soy fotógrafo me ofrecieron cubrir el evento a cambio de pagarme los billetes, el alojamiento y cederme material para competir». Y así empezó todo de nuevo. «Al principio la gente me ayudó mucho a la hora de enfrentarme al canal», recuerda Bonet. «Luego, cuando vieron que el tío ese de la cámara estaba navegando realmente rápido no sabían muy bien qué estaba pasando. Yo iba sólo a probar y como mucho a superar mi propia marca y al final fui ganando seguridad y velocidad».
El Lüderitz Speed Challenge es una prueba de velocidad que se lleva a cabo en mitad del desierto de Namibia. Se construye un canal de forma artificial de 500 metros, con apenas dos palmos de profundidad, que se recorre en menos de 20 segundos. «Las hostias en el canal son muy fuertes y no estaba preparado físicamente para permitirme una caída. Este año podré arriesgar más», anuncia Bonet.
El windusrfista de Sa Ràpita ha estado entrenando este invierno, preparándose para una temporada que terminará donde todo empezó, en el canal de Lüderitz. Primero intentará batir el récord del mundo de la milla náutica de Le Palme (Francia), después disputará el mundial de PWA que presumiblemente se celebrará en Tarifa y finalmente regresará a Namibia con la clara intención de romper el récord mundial de velocidad.
Para ello también se dejará caer por Sa Ràpita, su casa. «Es un lugar que me gusta mucho. En el club me dan todas las facilidades para que pueda entrenar y utilizar sus instalaciones. Además, siempre que tengo que hacer fotos promocionales voy allí porque las playas de Sa Ràpita y Colonia de Sant Jordi, que es donde nací, son de lo mejor que tenemos en Mallorca», aseguró.
El windsurf, apunta Bonet, «es un deporte muy completo, que te exige mucho mental y físicamente». Además, la velocidad es una disciplina extramadamente técnica en la que parece no haber edad para dejar de competir. «No verás a los jóvenes ganando en esta categoría, los mejores del mundo son tíos de más de 40 años».
WINDSURF, LA GRAN APUESTA DEL CLUB NÀUTIC SA RÀPITA. El equipo de regatas del Club Nàutic Sa Ràpita, entidad que da soporte al proyecto de Pep Bonet, cuenta desde hace casi dos años con un grupo de 20 windsurfistas, entre los que destaca Nacho Baltasar, flamante campeón de la Copa de España de Techno 293 Sub 17. Muchos de los regatistas del club practicaban esta disciplina en sus ratos libres y los responsables de la escuela de vela decidieron abrir una sección dedicada a la iniciación al windsurf y otra a la competición en la clase de desarrollo Bic Techno 293 y la clase olímpica RS:X. El windsurf se está convirtiendo en una opción muy demandada en el paso del Optimist a la vela juvenil.