El temporal barre a la flota de la Mini Transat

El Black Mamba, de Georges Kick, acaba varado en la costa. La mayoría de patrones buscó refugio en puertos gallegos por recomendación de la organización. Felip Moll y José Linares no han sufrido daños y han retomado la prueba

Un duro frente que ha barrido hacia el este las costas gallegas ha castigado con dureza este fin se semana a los participantes de la Mini Transat, que han tenido que detener su navegación el sábado y parte del domingo y buscar refugio durante unas horas por seguridad.

El más perjudicado ha sido Georges Kick, cuyo barco, el Black Mamba, ha acabado varado en la costa. Kick, anestesista retirado y decano de esta edición de la Mini Transat, trataba de llegar al puerto de Ribadeo pero el fuerte viento y las olas acabaron empujando su embarcación hacia la playa. El tripulante, que se encuentra a salvo, se ha visto obligado a retirarse de la competición a causa de los daños en el velero.

La llegada de vientos del suroeste de 30 nudos con rachas de 50, hizo que la Dirección de la Regata remitiera a los participantes un informe meteorológico especial y les aconsejara buscar refugio. En vista de la situación, los patrones se dirigieron a los puertos de Bayona, Portosín Camariñas y La Coruña para asegurar sus embarcaciones.

Esto es lo que hizo el regatista del Club Nàutico de Citadella, Felip Moll, que, en vista de la situación se dirigió con su Allevà hacia Camariñas, cerca de Finisterre,  a esperar que el temporal remitiese.

Moll, con un teléfono móvil que le dejaron unos conocidos, pudo contactar con su familia, en Menorca y explicar que todo va bien. Según la familia de Moll el regatista se siente "muy bien, muy animado y con mucha fuerza y moral para seguir. Con ganas de más ya".

Como anécdota, Moll explicó que se había cumplido uno de sus grandes temores, ser atacado por orcas en Galicia. El regatista explicó que golpearon su barco y que, como medida de seguridad, bajó las velas, apagó las luces y se escondió dentro del barco esperando que lo dejaran en paz, como así hicieron.

José Linares, por su parte, buscó refugio en el puerto de La Coruña. Allí, con su embarcación al abrigo, pasó toda la jornada del sábado hasta que el domingo de madrugada, una vez pasado el temporal, retomó la competición como la mayoría de la flota de esta Mini Transat.   

El fuerte temporal no afectó los cuatro primeros clasificados de la clase Proto, que ya habían superado la zona y que han continuado navegando a gran velocidad gracias a los alisios portugueses. De hecho, Tanguy Bouroullec, el más rápido de todos y líder provisional, se encuentra ya a menos de 80 millas de Santa Cruz de la Palma.

El alemán Melwin Fink optó por jugarse el tipo y decidió no parar la regata. El patrón del Signforcom desoyó las recomendaciones de la organización y siguió rumbo al sur mientras el grupo junto al que navegaba se dirigía a Bayona. Esta decisión fue secundada por el austriaco Christian Kargl, aunque, al final, rectificó y paró unas horas en Viana do Castelo.

Fink tuvo que soportar vientos de proa de más de 20 nudos durante buena parte de la jornada del sábado pero su apuesta le ha salido bien. El alemán es líder destacado de la categoría de barcos de Serie con 90 millas de diferencia respecto a Christian Kargl y cerca de 200 con el resto de sus perseguidores, una situación que le abre muchas opciones de victoria en esta primera etapa de la Mini Transat.

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