El pasado fin de semana tuvo lugar una jornada de ciencia ciudadana un poco “diferente”. Fue posible gracias a la implicación del Real Club Náutico del Puerto de Pollença y los programas de investigación marina y protección de medio marino.

El viernes día 9 se celebró la reunión de patrones explicando lo que teníamos previsto hacer, el porqué y el cómo. Empezó con unas palabras de Gabriel Sastre, vicepresidente del club Náutico y vocal de pesca, dando la bienvenida a los participantes y asistentes.

En mi condición de presidente de la Asociación Mallorquina de Pesca Recreativa Responsable, AMPRR, por medio de imágenes y vídeos, expliqué la manera de localizar las mantas raya, Mobula Mobula, y cómo actuar una vez localizadas. También aporté fotografías y vídeos sobre qué son las trampas fantasma que tanto daño causan a la población de tortugas marinas, cómo localizarlas y cómo actuar si se encuentra un tortuga atrapada.

El objetivo de esta jornada consistía en la localización de mantas raya para intentar colocarles marcas electrónicas, a fin de poder seguir sus movimientos y buscar posibles tortugas atrapadas para rescatarlas o trampas para retirarlas del mar.

A continuación, Gabriel Morey, biólogo marino de la fundación Save the Med y gran conocedor de los elasmobranquios, nos deleitó con unas explicaciones sobre la biología de estos animales tan bellos a la vez que desconocidos. Sabemos bastantes cosas sobre ellos basándonos en estudios sobre ejemplares muertos: que son vivíparos, que viven unos 14 años, que alcanzan unos cuatro metros de diámetro y que carecen de aguijón venenoso.

Lo que no sabemos con certeza es qué hacen cuando están vivos a lo largo de los días, dónde van, a qué profundidad, dónde se alimentan más a menudo, qué temperaturas de agua prefieren… Para llenar estas lagunas intentamos colocarles las marcas. Pudimos ver y tocar una marca tipo “pop up” para comprender mejor su funcionamiento

El domingo por la mañana, temprano, nos reunimos con todos los patrones y tripulaciones, se regalaron unos obsequios por gentileza de los colaboradores, Balcar, Quely y Oli Caimari, y revisamos la ruta que teníamos pensado seguir.

Estaba previsto navegar a una milla de distancia entre embarcaciones, todos por las mismas zonas para que los biólogos pudieran acudir en caso de avistamiento. Scientificangler nos había facilitado el día anterior un mapa de la zona con las previsiones de dónde sería más fácil localizar peces de gran tamaño; si las localizamos, fue en gran parte gracias a estas predicciones, ya que con una mar más agitada de lo previsto era casi imposible avistar las puntas de las alas cuando nadan cerca de la superficie.

Tomaron la salida cinco embarcaciones previamente inscritas, Grandcugnai, Leocadia, Storm Angel, Es Parrut y Matzoc, más dos barcas neumáticas de apoyo para garantizar la movilidad de los biólogos. Había varios de ellos en todas las embarcaciones. Teníamos representantes de Save The Med, Sharkmed, Fundación Palma Aquarium, Arrels Marines, IEO… Fue un placer conocer a tantas personas que trabajan para mejorar nuestro mar y su fauna.

AVISTAMIENTO

A unas tres millas al norte del cabo Formentor ya se dejaron ver algunos ejemplares que se sumergieron antes de poder acercarse a ellOs lo suficiente. Seguimos navegando por las zonas aconsejadas en el mapa de previsiones. El viento de sureste iba en ligero aumento y lo que mejor se veía eran los espectaculares saltos que dan fuera del agua. Al mediodía nos juntamos en una zona donde habíamos visto varios saltos y no tardaron en aparecer. Un grupo de unos 20 ejemplares de gran tamaño inmersos en sus rituales de cortejo, muy difíciles de ver con claridad desde las embarcaciones por el estado de la mar, pero majestuosas e impresionantes bajo la superficie, como se pudo comprobar en las imágenes y vídeos tomados por el cámara sub acuático Dan Abott.

Los biólogos consiguieron acercarse lo suficiente para intentar colocar dos marcas, el sistema de anclaje está estudiado de modo que si no se consigue un agarre perfecto se recupera la marca para colocarla en otra ocasión; las dos veces recuperamos las marcas por lo que no conseguimos el objetivo principal.

El viento fue ganando fuerza, el mar se estaba encrespando por lo que decidimos volver a puerto, llegamos todos sin problemas tras una hora de dura navegación. El drone que trajeron los científicos pudo grabar muy bellas imágenes desde el aire aunque tuvo dificultad para grabar las mantas por el estado de la mar.

Sabemos que están aquí, que son impresionantes, majestuosas, bellísimas, un regalo más de la naturaleza en nuestras islas; volveremos a intentarlo.

A las 18,30 horas, tras un refrigerio ofrecido por el Club Náutico y después de un cambio de impresiones con el nutrido grupo de científicos, se dio por terminada la jornada.