Este es el paraje donde el Gobierno balear quiere instalar una tubería de aguas residuales

La consejería de Medio Ambiente, gestionada por la coalición ecosoberanista MÉS per Mallorca, califica de “imprescindible” el emisario de Son Bauló al que se opone frontalmente el Ayuntamiento de Santa Margalida

Los problemas de depuración de la localidad Can Picafort  y sus posibles soluciones han provocado un duro enfrentamiento entre  los responsables de la consejería de Medio Ambiente, gestionada por el partido autodenominado ‘ecosoberanista’ MÉS per Mallorca, y el municipio de Santa Margalida, contrario a la construcción de un emisario submarino de aguas residuales en la playa de Son Bauló, uno de los parajes naturales mejor conservados de Baleares.

El Ayuntamiento del norte de Mallorca ha puesto el grito en el cielo y ha criticado el doble rasero de la consejería de Medio Ambiente, que, por un lado, multa y criminaliza a los navegantes de recreo que largan el ancla sobre la posidonia (menos de un 5% de los casos), pero ignora el daño ambiental que causan sobre esta planta marina los emisarios submarinos que vierten aguas fecales al mar.

En un vídeo elaborado por el consistorio, el alcalde del municipio, Joan Monjo, asegura que el Ayuntamiento está en contra del emisario que el Govern pretende construir siguiendo el cauce del torrente que desemboca en Son Bauló. Considera que, a estas alturas, “tirar al mar agua depurada y sin depurar es una decisión equivocada que supondría arrasar decenas de hectáreas de posidonia” en una zona catalogada como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

El problema de las aguas residuales de esta zona costera del municipio viene de lejos. Los Presupuestos Generales del Estado de 2010 ya fijaban el “interés general” de la construcción de una nueva depuradora en Can Picafort. El proyecto incorporaba la instalación de una enorme tubería submarina, algo a lo que el consistorio se opone frontalmente.

La instalación de la tubería supondría remover la arena de esta playa.

Como alternativa, Santa Margalida propone reutilizar el agua para una mayor sostenibilidad ambiental y económica. El Ayuntamiento mallorquín apuesta por la modificación de la actual depuradora de Muro-Santa Margalida, a fin de dotarla de un sistema de depuración terciaria del agua.

Juan Mateo Horrach, ingeniero industrial, asegura que hoy en día existe “capacidad  técnica y económica” para realizar un tratamiento avanzado del agua residual sin necesidad de veterla al mar. “Seguir apostando por los emisarios es un error. Se deberían suprimir como sistema de tratamiento porque tienen un efecto sobre el mar mucho peor del que se pensaba inicialmente”, señala.

El técnico apunta que el agua regenerada por la depuradora de Muro-Santa Margalida se podría aprovechar para reequilibrar s’Albufera cuando se den situaciones de déficit de agua. Horrach señala que “hay muchas posibilidades de reutilización de aguas residuales en usos urbanos, agrícolas, industriales o ambientales, cada una con su correspondiente nivel de tratamiento”

En el reportaje audiovisual que ha difundido el Ayuntamiento de Santa Margalida se afirma que la existencia de un emisario submarino podría implicar vertidos de aguas residuales sin depurar al mar cada vez que se produzca un episodio de lluvias torrenciales en la zona, tal y como lleva años sucediendo en otros lugares de Baleares.

Joan Monjo, alcalde de Santa Margalida, muestra una parte del trazado de la tubería que Medi Ambient quiere enterrar en Son Bauló.

De hecho, para la elaboración del vídeo se ha contado con la participación del subdirector de Gaceta Náutica, José Luis Miró, quien explica cómo fue la investigación periodística que reveló los episodios de grave contaminación que suponía el emisario de la playa de Ciudad Jardín en Palma y que terminó con la apertura de diligencias por delito medioambiental contra la empresa municipal de aguas y alcantarillados de Palma (EMAYA).

Además del daño ambiental sobre la posidonia, el alcalde Monjo señala que el emisario tendría también una mala influencia sobre las restantes playas de la Bahía de Alcudia: “Podría generar mala calidad en las aguas de baño y no podríamos optar a tener banderas azules”.

“No puede ser que el conseller [Miquel Mir, de MÉS per Mallorca] propugne políticas medioambientales sostenibles y haga todo lo contrario”, afirma Monjo, quien solicita al Govern que descarte el proyecto. En último término, el alcalde remarca tajante que el Ayuntamiento “nunca optará por hacer un emisario submarino en Son Bauló" y remarca que "el agua de Can Picafort es competencia municipal y no autonómica”.

Jaume Horrach, presidente asociación de hoteleros de Alcudia y Can Picafort, se ha posicionado también en contra del proyecto. Afirma que “en caso de vertidos, el perjuicio para la industria turística de toda la Bahía de Pollença sería tremendo y tendría un impacto notorio y decisivo en la llegada de visitantes”.

A pesar del rechazo de los residentes de la zona, la conselleria de Medi Ambient se ha reafirmado en que la construcción de una depuradora en Can Picafort con sistema de evacuación mediante un emisario submarino es “imprescindible”. Cabe recordar en este punto que una dirigente de MËS en Medi Ambient emitió un informe en el que defiende la inexistencia de evidencias científicas que avalen los daños de las aguas residuales sobre la posidonia. Las investigaciones del IEO,  el Instituto Minero, la Fiscalía de Medio Ambiente y el Seprona sostienen claramente lo contrario. Hace dos días, Miquel Mir aseveró en sede parlamentaria que Baleares tiene una de las mejores depuraciones de aguas del “Estado español”, en lo que parecía ser un claro anticipo de su defensa del emisario de Son Bauló.

El departamento de Miquel Mir responsabiliza al Ayuntamiento Santa Margalida de buena parte del problema por no realizar las inversiones suficientes en alcantarillado y consideran que la alta salinidad del agua impediría la reutilización del agua depurada. Su alternativa sostenible es enterrar una gigantesca tubería submarina, para lo cual será necesario remover el arenal de Son Bauló, y arrojar millones de metros cúbicos de aguas residuales al mar Mediterráneo, uno de los más afectados por la contaminación y el cambio climático.

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