La creciente preocupación de la ciudadanía por temas medioambientales está impulsando a las empresas a ofertar productos más ecológicos. El sector náutico no es una excepción y los productos para limpiar embarcaciones a flote llevan cada vez con más frecuencia lemas o declaraciones como: «respetuoso con el medio ambiente», «no tóxico», «biodegradable», «bío», «eco» u otras declaraciones por el estilo.
Con la profusión de logos y lemas verdes que hay en el mercado es difícil discernir cuáles dicen la verdad, y es que una gran parte de las declaraciones de los envases están vacías de contenido. Me refiero a que la supuesta bondad ambiental no se ha probado con un test estándar que asegure que el producto A es mejor que el B. Algunos fabricantes aún declaran en sus etiquetas «sin fosfatos», cuando estos fueron prohibidos ya en 2017. Es frecuente que en la ficha de aeguridad de un producto de limpieza náutico se indique, al contrario que lo resaltado en la etiqueta, que el producto no se puede verter en ríos o mares.
La etiqueta Ecolabel sí asegura que el producto protege el medio ambiente por encima de lo mínimo exigible por ley, aunque está orientada a productos de uso doméstico que, en general, deberían pasar por una planta de tratamiento antes de llegar al mar.
¿Qué usar a bordo si se me ha caído en cubierta un poco de aceite o de gasoil? Soy partidaria de usar los desengrasantes naturales tradicionales, que funcionan muy bien. El vinagre y el zumo de limón son excelentes, y en la mayoría de los casos no se necesita más. Ambos se venden embotellados en los supermercados y se pueden almacenar a bordo sin problemas. Además, son productos buenos para eliminar depósitos de cal y compensan la dureza de nuestras aguas.
Si usa un desengrasante que no sea natural, lo más importante es usar la cantidad justa. Dosificar según las indicaciones del fabricante para no matar moscas a cañonazos ayuda a que el impacto se menor. Usar un producto en exceso, además de contaminar más, supone un mayor gasto. Si es posible, elija entre las marcas comerciales que tengan un etiquetado fiable como Ecolabel.
Los productos en espray son, en general, más contaminantes que los productos ideados para diluir en agua. En ambos casos, sobre todo con los espray, es posible recoger con un trapo o toalla el exceso de producto y así reducir el impacto drásticamente.
Las limpiezas de calado deben dejarse para las varadas. Los varaderos deben estar preparados para recoger el agua resultante de los lavados de embarcaciones y hacer un primer tratamiento, como la decantación.
El efluente será, en general, redirigido a las redes de alcantarillado municipal, en lugar de ir directamente al mar. Consulte siempre con los responsables del varadero sobre los productos autorizados y las normas de limpieza que se deban cumplir.
Lucía Mingot es Directora de Calidad e Innovación de Astilleros de Mallorca