Francis Chichester, el hombre que cambió el rumbo de la vela

La vuelta al mundo en solitario de Francis Chichester a bordo del Gipsy Moth marcó un antes y un después en la navegación oceánica. Circunnavegó el planeta diagnosticado de cáncer de pulmón

© Chichester Archive

El 28 de mayo de 1967, Francis Chichester llegaba al puerto británico de Plymouth a bordo del ketch de 16 metros Gipsy Moth IV para convertirse en la primera persona en circunnavegar el planeta navegando en solitario con una sola escala. Una aventura increíble que cambiaría la historia de la navegación y abriría el camino a lo que hoy conocemos como competición de vuelta al mundo a vela.

Tras 226 días en el mar y cerca de 47.600 km recorridos, Francis Chichester fue recibido como un héroe. A sus 65 años de edad, se convertía oficialmente en la primera persona capaz de circunnavegar el planeta en solitario con una sola escala, una hazaña que le valdría ser nombrado caballero por la reina Isabel II en julio de ese mismo año (utilizando la misma espada con la que Isabel I nombró caballero a Sir Francis Drake en 1581).

Nacido en Devon (Inglaterra) en 1901, Chichester vivió en Nueva Zelanda desde los 18 años. Con 28 se formó como piloto de aviación y mostró su condición de pionero volando en solitario desde Inglaterra hasta Australia. En 1931 se convirtió en la primera persona capaz de cruzar desde Nueva Zelanda hasta Australia sobrevolando el Mar de Tasmania, para lo que “tuneó” su de Havilland Gipsy Moth con flotadores. Ese mismo año, Chichester intentaría su primera vuelta al mundo, resultando herido en un grave accidente aéreo en Japón que a punto estuvo de costarle la vida.      

En la década de 1950 se centró en la navegación a vela. En homenaje al biplano de sus aventuras aéreas, bautizaría sus barcos como Gipsy Moth. En 1960, dos años después de serle diagnosticado un cáncer terminal de pulmón, ganaba la primera regata oceánica en solitario de la historia (la Observer Single-handed Trans Atlantic Race, OSTAR), navegando su Gipsy Moth III (un 40 pies de eslora ó 12,19 metros) entre Plymouth y Nueva York en 40 días, 12 horas y 30 minutos.

Pero su objetivo seguía siendo convertirse en la primera persona capaz de circunnavegar el planeta en solitario. Lo había intentado sin éxito por aire, lo iba a intentar ahora por mar. Para ello encargó a Angus Primrose y John Illingworth (ganador de la primera Rolex Sydney Hobart) el diseño de un ketch de 53 pies (16 metros) de eslora, el Gipsy Moth IV.  

El 27 de agosto de 1966 abandonaba Plymouth para seguir la misma ruta que los grandes veleros comerciales del siglo XIX, los legendarios clipper. La ruta pasaba por los cabos de Buena Esperanza (África), Leeuwing (Australia) y Hornos (América), la misma que hoy siguen las competiciones de vuelta al mundo más extremas. El 17 de septiembre de 1966, cuando su aventura no había hecho más que comenzar, celebró tranquilamente su 65 cumpleaños en pleno Atlántico, vestido de esmoquin y bebiendo champagne.

Chichester relataría infinidad de aventuras y desventuras en su periplo alrededor del mundo. Su plan inicial de circunnavegar el planeta sin escalas se vería comprometido cuando fallaba una de las cuadernas de su barco navegando por el Índico, obligándole a realizar una parada técnica en Sídney. Llevaba 107 días en el mar. Tras abandonar el puerto australiano, no volvería a tocar tierra hasta completar su histórica vuelta al mundo. Cerca de 250.000 personas le darían recibimiento de auténtico héroe a su llegada a Plymouth. Chichester y su Gipsy Moth IV habían dado la vuelta al mundo en 226 días recorriendo nada menos que 28.500 millas (45.900 kilómetros), un hito sin precedentes.

Navegando a la vieja usanza

Sir Francis Chichester era un consumado experto en navegación. Durante la Segunda Guerra Mundial había redactado manuales de navegación y había formado a pilotos británicos para volar a baja altura sin mapas. A bordo del Gipsy Moth IV determinaba su posición y escogía su ruta en función de la posición del sol y las estrellas, para lo que combinaba el sextante con su reloj de pulsera: “Durante mi viaje alrededor del mundo a bordo del Gipsy Moth IV, mi reloj Rolex sufrió en diversas ocasiones golpes violentos sin resultar dañado”, escribe en una carta fechada en 1968. “No puedo imaginarme un reloj más robusto. Cuando lo utilizaba para establecer mi posición con el sextante sobre la cubierta de proa, a menudo sufría las sacudidas y mojaduras de las olas que rompían sobre la cubierta, cosa que nunca pareció afectarle”.

En el transcurso de su heroica circunnavegación, Sir Francis Chichester estableció la máxima distancia recorrida hasta entonces por un pequeño velero sin escalas (15.517 millas en 119 días, entre Sídney y Plymouth). Le superaría en 1969 su compatriota Sir Francis Knox-Johnston, la primera persona en completar la vuelta el mundo a vela en solitario y sin escalas. Knox-Johnston partió de Plymouth el 14 de junio de 1968 a bordo de su Suahili (un barco de sólo 9,8 metros de eslora) y finalizó su hazaña en el mismo puerto británico el 17 de enero de 1969. Pero esa es otra historia.

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