El gobierno italiano ha anunciado que va a destinar 57,5 millones de euros para compensar a las navieras por la prohibición de entrada de los cruceros turísticos en la laguna de Venecia. Las restricciones a estas embarcaciones entraron en vigor el pasado mes de agosto.
El Ministerio de Infraestructuras de Italia señala en un comunicado que se van a destinar 30 millones de euros para indemnizar a las navieras por los costes de “reprogramar rutas y reembolsar a los pasajeros que cancelaron viajes”. Además, se destinarán otros 27,5 millones de euros para resarcir al operador de la terminal de Venecia y a empresas relacionadas con el negocio de cruceros.
Según la nueva normativa italiana, los barcos de cruceros de mayor tamaño (más de 25.000 toneladas brutas, superiores a los 180 metros de eslora, más de 35 metros de altura y que produzcan más de un 0,1% de azufre en emisiones) no pueden de acceder al Canal de San Marcos o al Canal de la Giudecca y deben desviarse al puerto industrial de Marghera donde se están realizando mejoras. Los cruceros de menor eslora pueden seguir atracando en el antiguo puerto de la ciudad.
Italia decidió prohibir los grandes barcos en los canales de la ciudad ante la presión popular y las amenazas de la Unesco de eliminar a Venecia de la lista del Patrimonio de la Humanidad en la que la ciudad está inscrita desde 1987.
Los defensores del medio ambiente y el patrimonio cultural argumentan que las grandes olas generadas por estos barcos están erosionando los cimientos de Venecia y amenazando el frágil ecosistema de su laguna