
La investigadora Salud Deudero, premio Ramon Llull 2023.
La bióloga Salud Deudero, exdirectora del Centre Oceanogràfic de Balears y actual profesora de investigación en el Instituto Español de Oceanografía, IEO, al que está adscrito el Oceanogràfic, ha visto reconocida su labor de investigación con el Premi Ramon Llull, el más importante de los que otorga el Govern balear.
Deudero (Palma, 1968) es doctora en Biología especializada en Ecología Marina y se ha convertido en uno de los máximos expertos de nuestro país en un tema tan vital para el ecosistema y el futuro de nuestros mares como son los microplásticos.
La investigadora se muestra “muy orgullosa por este inesperado galardón que supone un reconocimiento al trabajo que se hace en Baleares en ciencias marinas y a la perseverancia y dedicación necesarios para conseguir que el mar sea más conocido y consigamos degradarlo menos”. Deudero también considera que este premio del Govern servirá para visualizar el papel de la mujer en las ciencias marinas, una rama en la que "somos amplia mayoría frente a los hombres pero en la que todavía existen techos de cristal que hacen díficil que accedamos a puestos de dirección o de gestión".
Deudero procede de una familia de gran tradición marinera y, de hecho estuvo en el equipo preolímpico de vela en la clase 470, pero llegó un momento en que tuvo que decidirse entre continuar con su vida deportiva o terminar la carrera. Finalmente, se inclinó por la biología y culminó sus estudios entre Palma y Barcelona y preparó su tesis en el Imedea, adscrito al CSIC. Antes había trabajado para Greenpeace haciendo estudios sobre la pesca de altura entre otras iniciativas. Después completó sus estudios con un Master de Ecología Marina en Bélgica. En este aspecto académico, se muestra crítica con la imposibilidad de completar esta formación específica en Baleares: “Aquí no tenemos una facultad relacionada con los temas marinos en la que se puedan combinar desde diferentes perspectivas, desde la biología hasta la ingeniería, todas las facetas relacionadas con un ámbito tan importante en nuestro entorno”.
Estuvo siete años trabajando como profesora en la UIB intentando siempre conseguir mayor presencia de las cuestiones relacionadas con el mar y después consiguió plaza como científica titular en el IEO. Fue la primera mujer que se puso al frente del Oceanográfic, en octubre de 2016, pero apenas estuvo dos años en el cargo. Se había mostrado muy crítica con el funcionamiento de la investigación en España pero cuando le ofrecieron ponerse al frente del centro de investigación marina en Baleares, aceptó el cargo con la intención de echarse la mochila a la espalda. Quería intentar solucionar los problemas que frenan el desarrollo del potencial científico en nuestro país.
Dos años permaneció en el cargo, luchando por agilizar trámites y eliminar papeleo entre otras muchas cosas. Sin embargo, acabó dimitiendo, según ella misma explica “por la excesiva burocratizacion de la administración pública que ralentiza e impide el progreso de la ciencia y la adquisición de conocimiento”.
Y ese, probablemente viene a ser un trasunto que retrata la trayectoria de Deudero, una combinación del idealismo e inconformismo que le hacía subirse a una grúa en la incineradora en una protesta ecologista si era necesario, y el rigor científico y el pragmatismo que también le obligan a ser precisa, exacta y a trabajar con hechos y circunstancias reales. Sin embargo, no deja de sentir la urgencia de actuar pues, según explica: “Veo la rapidez con la que ocurren las cosas en el mar y lo lentos que somos con nuestra reacción”.
Tras renunciar a la dirección del Oceanogràfic, Salud Deudero, se reintegró como profesora de investigación del IEO y allí sigue desempeñando su labor en busca de nuevos datos y factores que nos ayuden a comprender mejor qué ocurre en nuestros mares y qué podemos hacer para mejorarlos porque, según afirma: “El mar no es propiedad privada de nadie y todos debemos velar por él”.
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