La desaparición del Sirius en el Golfo de León

El velero clásico ‘Sirius’, desaparecido entre Cannes y Mallorca con dos tripulantes a bordo, atravesó una zona con mar arbolada. Varios mercantes buscaron refugio durante esos días al socaire de la isla de Menorca.

El velero Sirius, desaparecido en el Mediterráneo con sus dos tripulantes a bordo desde el 29 de abril de 2016, fue alcanzado en pleno Golfo de León por un temporal con vientos de Fuerza 8-9 y áreas de mar arbolada (olas de hasta 8 metros).

Jamás se halló rastro de la embarcación ni de los navegantes que la tripulaban. Los servicios de Salvamento Marítimo recuperaron un chaleco salvavidas de color naranja a unas 27 millas al NE de Menorca. «Es un modelo muy convencional y podría ser de cualquier barco», aseguró entonces el jefe del centro de coordinación de Salvamento de Mallorca, Miguel Félix Chicón.

Alejandro y Emilio López, de 40 y 56 años de edad, sobrino y tío, ambos ovetenses y capitanes de yate, zarparon de Cannes a las nueve de la mañana del viernes 29 de abril. Habían planeado iniciar la travesía el día anterior, pero no pudieron repostar en la gasolinera y optaron por posponer la partida unas horas. Esa demora tendría consecuencias trágicas.

Ambos tenían una amplia experiencia en navegación (habían cruzado varias veces el Atlántico) y cabe suponer que consultaron los partes meteorológicos que anunciaban viento duro del Norte en el Golfo de León.

Salida con Fuerza 4. Un portavoz autorizado de la familia de los navegantes, Alejandro Álvarez, maquinista naval, opina que ambos debieron creer que podrían sortear el mal tiempo y alcanzar su destino antes de que el temporal arreciara. Cuando cruzaron la bocana del puerto de Cannes, soplaba viento de Fuerza 4.

El motivo del viaje era transportar el Sirius a Palma, donde iba a establecer su base. El barco, un velero clásico de regatas de 13,7 metros de eslora construido en 1937, acaba de ser adquirido por el armador inglés Andrew Harvey, quien pagó por él unos 400.000 euros.

Fuentes de Salvamento recalcan dos aspectos fundamentales que imposibilitaron a los navegantes pedir auxilio, o hacerlo de forma eficiente: el barco no lleva radio baliza, su balsa salvavidas hinchable estaba estibada en la cabina y su radio VHF tenía un alcance no superior a 20 millas.

El caso del Sirius es lo que en el argot se conoce como un «overdue» o «sin noticias». Se sabe que salió de Cannes con rumbo a Palma, un trayecto que en circunstancias normales se cubre en 48 horas, y nada más.

El primer aviso de la posible desaparición se dio el 2 de mayo, cuando la familia de Emilio y Alejandro López comunicó que no habían llegado a su destino en el plazo previsto. Ese mismo día, a las 08.56, el buzón de correo electrónico de Gaceta Náutica (incluido en la base de datos de Salvamento Marítimo) recibía el siguiente mensaje: «Se solicita cualquier información relativa a la localización del velero Sirius de bandera inglesa. Salió de Cannes (Francia) con destino Palma, 13 metros de eslora, 2 tripulantes». Al mismo tiempo, el tráfico marítimo en la zona del Golfo de León fue alertado para que informara de cualquier avistamiento.

32 horas de vuelos. La búsqueda aréa se inició el lunes 3 de mayo. Se realizaron 32 horas de vuelo en las que participaron aviones de Salvamento Marítimo, el Ejército del Aire (SAR) y los servicios de rescate franceses e italianos. Salvo el chaleco, localizado por un avión francés, no se avistó ningún resto de un posible naufragio. Los medios aéreos reportaron que, a pesar de que el temporal ya había amainado, en diversos puntos de la zona de rastreo aún soplaban rachas de 40 nudos.

La familia de los desaparecidos se movilizó para que el operativo de salvamento, transcurridos varios días desde el aviso, fuera más allá de los vuelos rutinarios del Sasemar y el SAR.

Sin embargo, las circunstancias que confluyen en el suceso hicieron que los expertos albergaran pocas esperanzas de resolver el misterio: había pasado demasiado tiempo, el temporal que atravesaron fue extremadamente violento (como muestra el histórico de la página web de Windity) y el Sirius, un barco concebido para regatas, no estaba preparado para capear una situación como la que se registró en el Golfo de León, la cual llevó a no menos de seis mercantes, entre ellos el Pazar, de 85 metros, y el Kitty C, de 106, a buscar refugio al socaire de Menorca.

Sin estanqueidad. «Es un barco con francobordo muy bajo, de quilla corrida, sin compartimentos estancos de flotabilidad y con un motor de entre 40 y 50 CV pensado para recorrer distancias cortas o maniobrar en puerto», apunta un navegante familiarizado con las embarcaciones clásicas. «Hay que tener en cuenta, además, que en caso de emergencia tienes que desplazarte hasta la proa para arriar el génova, y que el timón es de caña, no de rueda».

Pablo, un hermano de Alejandro, participó en cinco vuelos privados a bordo de una avioneta alquilada con medios de la familia y aportaciones recaudadas a través de una plataforma de crowfunding. El 17 de mayo, durante el segundo vuelo, avistó lo que parecía ser un chaleco junto a unos «restos de color blanco», pero Salvamento no encontró nada al desplazarse a la zona indicada. Según los cálculos de deriva, la embarcación, en caso de seguir a flote, hubiera ido a parar al sur de Córcega tras el temporal. Sin embargo, a los pocos días podría estar ya en cualquier parte del Mediterráneo occidental.

Alejandro Álvarez explicó días después del suceso que la situación de incertidumbre, el hecho de no saber qué había pasado exactamente, estaba siendo muy dolorosa para la familia de los desaparecidos. Entonces confiaba en que en algún momento apareciera algún indicio que explicara lo ocurrido. Los allegados de Emilio y Alejandro López consiguieron 11.000 firmas para reclamar al Gobierno español que la búsqueda no cesara. La campaña «SOS Alex y Emilio» pretendía implicar también a la plataforma satelital Tomnod, con base en Colorado (EEUU) para que rastreara la zona por la que transcurrió la derrota del Sirius. Pero nunca se pudo desentrañar el misterio.

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