De todos es conocido el contencioso vigente entre el Ayuntamiento de Santa Margalida y la administración autonómica, en este caso representada fundamentalmente por la Dirección General de Recursos Hídricos, acerca de la depuración de las aguas residuales urbanas en la zona costera de Muro y Santa Margalida.

Históricamente, las aguas residuales generadas en estos núcleos vienen siendo tratadas en una depuradora situada en los aledaños del Parc Natural de S’Albufera, en el término municipal de Muro, presentando diversos problemas de olores, vertidos y mala calidad del agua depurada, derivados de la alta ocupación en temporada estival, y la ancestral falta de medidas correctoras por parte de los gestores de la planta depuradora.

En el año 2000 se propuso por parte de la CAIB un proyecto de mejora y ampliación de capacidad de tratamiento de dicha depuradora, siendo rechazado por el Ayuntamiento de Muro. La CAIB, titular de la explotación mediante la Agencia Balear del Agua, haciendo caso al rechazo del municipio de Muro, propuso en 2005 la separación de los flujos de aguas residuales por municipios, asignando las residuales de la zona costera de Muro a la depuradora existente, mientras que las residuales de la zona costera de Santa Margalida (núcleo urbano de Ca’n Picafort), serían tratadas en una nueva depuradora, a construir en terreno rústico cercano a Ca’n Picafort, con acuerdo inicial de ambos municipios.

Posteriormente, al proyecto de nueva depuradora en Ca’n Picafort se incorporó un proyecto de emisario terrestre-submarino para la evacuación de las aguas depuradas de ambas depuradoras, tanto las procedentes de la depuradora existente como las procedentes de la nueva depuradora. Dicho proyecto prevé el acceso del emisario en el mar por la playa de Son Bauló, en Ca’n Picafort.

El ayuntamiento de Santa Margalida, ante esta nueva situación, presentó su firme oposición al proyecto, al entender que suponía un grave riesgo para los intereses del municipio. Otras voces, desde distintos posicionamientos ideológicos, también han manifestado su oposición a lo largo del contencioso.

Mucho se ha hablado del impacto de los emisarios submarinos en el ecosistema. Para no extendernos, entre muchos otros, nos remitimos a los siguientes enlaces:

https://www.iagua.es/blogs/juan-mateo-horrach-torrens/plaga-emisarios-submarinos

https://www.iagua.es/blogs/juan-mateo-horrach-torrens/posidonia-emisarios-y-campos-golf

Tras numerosas vicisitudes, que obviamos para no aburrir a los lectores, el Ayuntamiento de Santa Margalida presentó en 2016 un anteproyecto alternativo a la construcción de la nueva depuradora y emisario, consistente en el mantenimiento de la depuradora actual situada en Muro, convenientemente remodelada y adaptada a los requisitos para la posterior reutilización del agua depurada en usos agrícolas y ambientales, haciendo hincapié en la oportunidad de aprovechar dicho caudal para contribuir al equilibrio ecológico de S’Albufera. El agua que no fuera reutilizada sería evacuada mediante el sistema ya existente, de pozos absorbentes en la zona de Son Real, término municipal de Santa Margalida, convenientemente mejorado y actualizado para tener un efecto mitigador de la sobreexplotación actual del acuífero.

La propuesta del Ayuntamiento de Santa Margalida no mereció ni siquiera una reunión para su análisis conjunto, siendo despachada por la Dirección General de recursos hídricos mediante un discutible informe, hecho a medida de una negativa, ya decidida previamente a recibir la propuesta. La dirección general mantuvo su propuesta, de depuradora + emisario submarino en Ca’n Picafort, que ha seguido la tramitación pertinente (a nuestro entender de forma incorrecta) en el Ministerio de Medio Ambiente, al ser un proyecto declarado de interés general.

El pasado 29 de diciembre de 2.022, la Conselleria de Medio Ambiente presentó el proyecto de ampliación y mejora de tratamiento de la depuradora de Sa Pobla. En un tuit del Conseller, Sr Miquel Mir, se puede leer:

“Avui hem presentat el projecte d'ampliació de l'EDAR de Sa Pobla que, entre d'altres millores, incorpora un tractament terciari perquè les aigües depurades es destinin al #PNAlbufera, contribuint al seu equilibri ecològic. Seguim fent feina pel medi ambient i el cicle de l'aigua!”

Es decir, que la solución propuesta en su día por el Ayuntamiento de Santa Margalida, que permitiría realizar un proyecto innovador y de gran contenido ambiental, no mereció ninguna consideración, ni siquiera la oportunidad de ser atendida y explicada ante la CAIB, ahora resulta que, en Sa Pobla, a escasos kilómetros, es la mejor solución para la evacuación de las aguas depuradas y no reutilizadas en otros usos.

En los últimos tiempos, la Dirección General de Recursos Hídricos ha fundamentado su negativa a revisar su propuesta de depuradora + emisario, entre otras razones, por el grado de salinidad que presenta el agua residual procedente del alcantarillado municipal, lo que impediría su posible reutilización. Pero ello ni es cierto al 100%, porque determinados usos no se ven alterados por ese grado de salinidad, ni es razón suficiente para continuar con su apolillado proyecto. En efecto, se pueden aplicar numerosas medidas preventivas y paliativas, tanto por parte de los municipios como de la propia Conselleria de Medio Ambiente, ante grados de salinidad como los que actualmente presenta el agua residual de la zona costera de Muro y Santa Margalida.

Nos felicitamos por la orientación tomada en el proyecto de ampliación de la depuradora de Sa Pobla por parte de la Conselleria, que pensamos es la idónea para el futuro de nuestro entorno.

Por eso mismo, pensamos que todavía estamos a tiempo de reenfocar el tratamiento de las aguas residuales de la zona costera de Muro y Santa Margalida, mediante un proyecto que podría convertir lo que ahora es un problema, en un activo valioso para ambos municipios, y en general, para toda Mallorca.

Existen muchos ejemplos de administraciones que así han actuado ante situaciones similares; con imaginación, con mucho análisis, con trabajo, y huyendo de soluciones fáciles y convencionales. Adjuntamos un ejemplo paradigmático de ello; el vertedero de Semaku, en Singapur.