Una de las joyas de la Royal Navy, la marina británica, visitará en unos días el puerto de Palma. Se trata del HMS Queen Elizabeth, un portaaviones de 280 metros de eslora y un desplazamiento de 65.000 toneladas botado en 2014 aunque no entró en servicio hasta 2017 que es con diferencia junto con su hermano, el HMS Prince of Wales, el barco de guerra más grandes que jamás ha servido al país británico.
Estas dos naves son los dos únicos portaaviones que mantiene en servicio la Royal Navy, tras haber ‘jubilado’ todos los buques de este tipo de la clase Invincible que poseía la marina británica, el último fue el Illustrious, que navegó hacia el desguace en 2014.
El HMS Queen Elizabeth tiene un calado de 11 metros y está propulsado por una combinación de motores diésel y turbinas de gas que le permiten alcanzar una velocidad de 25 nudos, unos 46 kilómetros por hora.
El portaaviones puede transportar una dotación de 40 cazas navales ligeros, principalmente F 35 Lightning II, así como diferentes tipos de helicópteros. Cuenta con una dotación de 679 marineros aunque el personal embarcado asciende a 1.600 militares.
En su cubierta es característica la conocida como ‘rampa de esquí’ que permite dar a los aviones un impulso adicional en el despegue con una velocidad más lenta o llevando más peso del habitual.
El contrato para la construcción de los dos portaaviones, el Queen Elizabeth y el Prince of Wales, fue anunciado por el gobierno inglés en 2007. El coste total por las dos naves se calculó en un principio en 4.400 millones de euros, pero finalmente se elevó hasta los 5.585 millones. Este desfase del presupuesto se generó en buena parte por un estudio posterior para añadir a los buques de catapultas de lanzamiento y cables para frenar a los aviones, no incluidos en el diseño original, aunque al final no se instalaron los cables de freno al optarse por los cazas F35.
La base del HMS Queen Elizabeth es el puerto de Portsmouth y llega a Palma tras haber participado en diferentes operaciones en el Océano Pacífico.