El Mad Max sube a bordo la única pieza de la primera jornada del Great Tuna Race. Fotografía: RCN Port Pollença
Superar el concepto tradicional de la pesca para transformar esta actividad en estudio científico en beneficio de la fauna marina. Ésta es la filosofía del Great Tuna Race que ha tenido lugar este fin de semana con sede en el Real Club Náutico Port de Pollença.
La idea es sencilla pero a la vez exige una gran experiencia e implicación de todos los participantes para llevarla a cabo: capturar grandes atunes rojos con el único objetivo de poder marcarlos para recabar datos científicos y devolverlos rápidamente sanos y salvos a su medio natural.
Por un lado, los pescadores buscan los atunes e intentan capturarlos. En cuanto tienen éxito, alertan a los dos biólogos marinos acreditados en la actividad, que acuden raudos en una semirrígida a la embarcación que ha dado el aviso para decidir si es oportuno marcar el ejemplar. Con marca o sin marca, el pescado es devuelto al mar con la mayor rapidez posible.
Doce barcos han participado en la edición de este año del Great Tuna Race del Port de Pollença que promueve una nueva cultura de pesca responsable y sostenible que coordina la Alianza de Pesca Española Recreativa Sostenible (APERS).
Entre ellos se encontraba lo más florido de los equipos españoles de pesca deportiva con ejemplos como Mad Max, el Artic, los tripulantes del Burburín, esta vez con otro barco, vigentes campeones de España, o el Miss Mia y el Mystic, que representaron a nuestro país en el último mundial de pesca de altura de Italia.
El responsable de APERS, Bernadí Alba, destaca que a estas tripulaciones de altísimo nivel, les encanta participar en este evento: “Lo nuestro no es una competición, no es un concurso de pesca, es ciencia ciudadana y cuando alguien marca es un objetivo y una alegría para todos porque nadie compite sino que todos se ayudan entre sí”.
El equipo científico estaba formado en esta ocasión por Pablo Cermeño y Josep Alba. “Cermeño es en la actualidad uno de los biólogos marcadores de grandes pelágicos con más experiencia de toda Europa. Es el director científico de APERS, trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y hace muchos marcajes para el ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) cuando tiene que hacer estudios en el Mediterráneo”, detalla Bernadí Alba.
La primera salida fue el sábado a las 6 y media de la mañana con condiciones meteorológicas difíciles hasta después de mediodía. “Nos encontramos un viento del sureste y una corriente noroeste, opuestos, y eso provocaba que se enredaran las líneas” explica Bernadí Alba. El Mad Max de Vicente Riera subió a bordo un atún de 40 kilos, pequeño para la marca electrónica y se le colocó una marca tipo espagueti antes de liberarlo.
El domingo se adelantó la salida porque sabíamos que, según las previsiones, a mediodía se complicaría el tema. “El Miss Mia de Enrique Galindo capturó un atún de más de 70 kilos. Comprobamos que el anzuelo se había clavado dentro de la boca, no en los labios. La decisión fue cortar el sedal a ras del anzuelo, colocar al pez la marca convencional tipo espagueti y devolverle rápidamente al mar para evitarle un mayor sufrimiento”. Para este tipo de eventos, los pescadores utilizan unos anzuelos especiales con una aleación de acero y y carbono que se disuelven en unos 30 días en el organismo del pez, según explica el responsable de APERS.
El próximo evento será la última semana de junio o la primera de julio, en aguas cercanas al cabo de Formentor, para marcar mantas rayas, con la colaboración de la Asociación Mallorquina de Pesca Responsable y la organización Save the Med.
El Great Tuna Race ha sido reconocida por la IGFA (lnternational Game Fish Association), la asociación mundial más relevante en cuanto a pesca recreativa y deportiva se refiere, como el evento de pesca recreativa más innovador del panorama mundial.
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