
Datos oficiales de la Delegación del Gobierno en Baleares.
Cuando todavía no ha terminado el año, las cifras confirman que Baleares se ha consolidado como punto estratégico para las mafias de tráfico de personas que mueven miles de inmigrantes al año desde las costas argelinas a la búsqueda de un futuro mejor.
Este año, recogiendo solo los datos oficiales de la Delegación del Gobierno hasta finales de noviembre, han llegado a Baleares 151 rolex imitazioni perfette pateras con 2.221 inmigrantes a bordo. Únicamente hay que retroceder cuatro años, hasta 2018 y comparar las cifras: entonces solo llegaron 199 inmigrantes en patera a las costas de Baleares.
El número se ha multiplicado por diez en solo cuatro años. Desde 2018 la llegada de pateras ha ido aumentando progresivamente. Sin embargo, el gran salto fue el año pasado. Mientras que en 2020 se registró la llegada de 1.464 personas en 112 pateras, el año pasado se alcanzó la cifra récord de 164 pateras con un total de 2.402 personas a bordo, un sesenta por ciento más que el año anterior.
NIÑOS Y MUJERES
Sin embargo, no son las cifras las únicas que revelan la consolidación de la ruta balear de la inmigración desde las playas argelinas. También cuentan los hechos. Las rutas de inmigración ilegal comienzan transportando solo a jóvenes o personas de mediana edad. En una segunda fase, se incorporan a las pateras mujeres, y personas procedentes de países que no son el de origen, Argelia, en el caso de las embarcaciones que llegan a Baleares. Por último, en la tercera fase, con la ruta ya asentada, empiezan a aparecer en el pasaje mujeres con niños y mujeres embarazadas.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad que se ocupan de llevar el registro de la llegada de inmigrantes ya detectaron el año pasado la presencia de mujeres con niños en las pateras que llegaron a las Islas.
Por otro lado, este año se ha notificado también la presencia en aumento de subsaharianos en las embarcaciones que llegan a nuestra costas, personas procedentes de países africanos que completan una penosa ruta por el continente primero antes de llegar a Argelia y luego compran allí el caro billete para la peligrosa travesía marítima que les llevará a Europa.
La presencia de mujeres, niños y familias enteras ya no sorprende cada vez que una embarcación llega a Baleares. Como ejemplo ilustrativo, los pasados días 9 y 10 de septiembre llegó una nueva oleada de pateras a las Islas, en este caso, centrada en Formentera. En esos dos días desembarcaron en la pitiusa menor seis pateras con un total de 108 inmigrantes a bordo.
Los medios pitiusos revelaron que entre los pasajeros había una familia completa compuesta por padre, madre, cuatro hijos (de 4, 7, 11, 12 y 18 años) y algunos sobrinos. Pero no solo eso, entre los inmigrantes que llegaron ese fin de semana se encontraba también un adulto con silla de ruedas.
Oleadas como ésta en una isla como Formentera, con pocos efectivos tanto de cuerpos y fuerzas de seguridad como de organizaciones de acogida, pues en aquel momento solo había un voluntario de Cruz Roja, saturan y superan los medios destinados a un problema cada vez más grave.
AL MENOS TRES MUERTOS
La muerte llegó a la ruta balear de pateras el pasado 9 de junio. Aquel día perdieron la vida tres de los ocho ocupantes de una patera localizada al sur de Formentera. En un primer momento, los efectivos de Salvamento Marítimo que detectaron la embarcación, a la deriva y semihundida, constataron que uno de sus ocupantes había fallecido. Sin embargo, la posterior investigación policial reveló que otros dos pasajeros de la patera habían muerto durante el trayecto y fueron lanzados por la borda por los supervivientes al ver que la embarcación se estaba hundiendo. Son los primeros muertos oficiales, pero no es la primera vez que se sabe que ha habido desaparecidos. El mar se los traga para siempre y no se contabilizan en esta negra estadística.