
Las baterías se han convertido en un elemento esencial en la náutica de recreo, más cuando la mayoría de los elementos de confort de a bordo de la embarcación dependen de ellas. Pueden estar hechas mediante tecnologías diversas, al alcance de todos hoy en día, y por ello es interesante saber qué puede ofrecernos cada tipo de batería en función de sus características.
A bordo, las baterías necesitan cumplir con dos funciones principales (no vamos a analizar los motores de propulsión eléctrica). Por un lado, poder arrancar el motor con un gran pico de potencia por un corto periodo de tiempo y, por otro lado, ofrecer energía a los distintos sistemas del barco (iluminación, bombas de achique, neveras, etc.) durante la mayor cantidad de tiempo posible. Para situarnos, hemos a elaborar una tabla con datos orientativos obtenidos de las escasas fuentes disponibles.
Vale la pena hacer hincapié en que varios mitos en relación con las baterías están actualmente superados con la mejora de las mismas y la calidad de su construcción. Las baterías convencionales de plomo/ácido líquido suelen ser sin mantenimiento. A pesar de no estar selladas, resisten perfectamente la escora y las condiciones ambientales del medio marino. El vertido del electrolito (ácido) al exterior es mínimo y por tanto la emisión de gases también lo es. Como muestra, en 2015-2017 el autor usó este tipo de baterías en su viaje de dos años alrededor del Atlántico Norte en su velero sin ningún tipo de problema. Las tasas de autodescarga de estas baterías también son mucho menores que lo que solían ser antiguamente.
Siendo objetivos, cualquiera de las tecnologías de baterías expuestas puede realizar las dos funciones descritas a bordo. Tan solo sería una cuestión de dimensionar el banco de baterías a la cantidad de energía que se quiere usar.
Para evitar tener que montar un banco de muchas baterías convencionales de plomo ácido para alimentar una nevera muy potente, tenemos la opción de instalarlas del tipo LiFePO4, que requerirá muchas menos baterías.
Las baterías de Litio tienen tendencia a incendiarse, si están compuestas de Li-Ion. Sin embargo, las de LiFePO4 son baterías seguras y mucho más inocuas para el medio ambiente, ofreciendo prácticamente las mismas ventajas que las Li-Ion
El objetivo de la tabla es intentar poner en comparación los costes/peso/eficiencia de los distintos tipos de baterías.
En conclusión, por su precio y construcción, las baterías convencionales son la mejor elección para arrancar los motores. Para servicios, sería interesante valorar el uso que se le va a dar a la embarcación. Para un uso esporádico, de día (daysailing) o pocos días , las baterías convencionales harían perfectamente la función ya que se tardaría mucho tiempo en rentabilizar la inversión inicial de baterías más caras. En casos de viajes por largos periodos fuera de la civilización, está demostrado que las baterías LiFePO4 resultan más rentables a largo plazo, además de ser más ligeras y menos voluminosas. Las baterías AGM y las de Gel se sitúan en un término medio.