El sector náutico está indignado por la falta de acuerdo para ampliar el espacio en el puerto Palma dedicado a la reparación y mantenimiento de embarcaciones. Los empresarios y autónomos del ramo aseguran que se está preparando una movilización "sin precedentes" para reclamar una solución de forma urgente.
La situación se ha agravado tras el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) celebrado el pasado 28 de septiembre, donde el representante de Puertos del Estado, José Antonio Morillo, instó la retirada del orden del día del punto relativo a la ampliación del plazo de concesión y superficie de Serveis Tècnics Portuaris (STP), gestor del varadero del Moll Vell. El pódcast de Gaceta Náutica adelantó la noticia en exclusiva el pasado jueves.
El presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora, ha asegurado hoy que la falta de acuerdo es "una muy mala noticia" que supone un grave perjuicio económico para las empresas del sector náutico. “Perdemos clientes, que se están yendo a reparar a Vilanova (Barcelona) y a Valencia, y también pierden las empresas y trabajadores”, ha remarcado.
Mora ha recordado que han solicitado a la APB más espacio en el puerto de Palma en varias ocasiones, que el pasado 17 diciembre tuvo lugar una manifestación reclamando una solución y que el sector estaba convencido que se aprobaría este acuerdo al que se había llegado. “Lamentablemente, el sector público ha dejado tirado al sector privado”, ha señalado.
La propuesta frustrada consistía en una ampliación del plazo de concesión de dos años (de 2025 a 2027) y en la incorporación de una superficie adicional de 56.626 metros cuadrados (31.993 en tierra y 24.632 de espejo de agua). A cambio, STP se comprometía a invertir 8 millones de euros.
El presidente de PIMEM considera que “ha fallado la Conselleria de Industria y la APB. Es inaceptable que no se haya podido cerrar el acuerdo con la concesionaria”. Jordi Mora ha dejado claro que la patronal de la pequeña y mediana empresa apuesta por un varadero abierto para la gestión de este espacio público al remarcar que “nuestro modelo es abierto y competitivo, estamos en contra del modelo cerrado y monopolístico” y ha apuntado una reflexión: “si queremos salir del monocultivo turístico hay que apostar por la industria y, ahí la náutica es clave”.
Álex Casares, presidente de ADNEA, asociación que agrupa a los empresarios y autónomos que reparan y realizan el mantenimiento de grandes yates en el varadero de Palma, se ha mostrado muy contrariado por la situación, pues ha asegurado que “dábamos por hecho que se iba a firmar y que esta rueda de prensa iba a ser para anunciar el acuerdo”.
El presidente de ADNEA ignora las razones de la negativa de Puertos del Estado porque “nadie nos ha dado explicación, pero sospechamos que hay algo en el fondo”. La patronal náutica cifrado entre 60 y 80 millones de euros anuales las pérdidas económicas que suponen el no tener más espacio en el puerto de Palma, una situación que afecta a las 600 empresas censadas en el varadero de STP y a unos 3.500 trabajadores.
Casares ha asegurado que Francesc Antich, presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares, “entendió el problema y buscó una solución pero a última hora se ha frustrado”. Al margen de las pérdidas económicas millonarias, la situación provoca daños a la imagen de Mallorca, pues Casares ha señalado que “la noticia fue la comidilla en el Boat Show de Mónaco”, el salón náutico orientado al mercado de lujo que se celebró la semana pasada.
El empresario José Bauzá, que regenta una empresa de pinturas con 33 trabajadores ha explicado que la imposibilidad de contar con espacio en el Moll Vell le ha supuesto perder “un trabajo que teníamos que hacer a un barco de 50 metros y que eran dos meses de trabajo con la implicación full time de ocho personas y una facturación de 175.000 euros”.
Por su parte, Rocío García, empresaria de una firma de pulimentos, ha recordado que el año pasado tuvieron que dejar a medias un trabajo en un barco de 70 metros que tuvo que ir a Barcelona y se ha preguntado si “la persona que ha paralizado el acuerdo es consciente del daño que ha provocado”.
Para García, lo absurdo de la situación es que en el Moll Vell hay suelo disponible para que pueda ser utilizado para la reparación y mantenimiento de embarcaciones. “El espacio físico existe, es una explanada llena de cacas de gaviota que a día de hoy no se utiliza por problemas burocráticas”, ha sentenciado.