Tiburón cañabota encontrado en 2019 en Puerto Portals.
Los tiburones que con más frecuencia aparecen muertos en aguas de Baleares pertenecen a una especie muy común en los fondos abisales de todo el mundo. Se podría decir incluso que se trata del “rey de los grandes fondos marinos”. Su nombre científico es Exanchus griseus, haciendo referencia a sus branquias. En castellano es conocido como cañabota.
En Mallorca le llama “durmiente”. Se le conoce así en las islas porque es muy lento de movimientos, como si estuviera dormido. Esto tiene una explicación fisiológica relativa a su ecología y su entorno vital. Vive en lo más profundo, donde no llegan o no actúan activamente los grandes tiburones blancos o los tigres, demasiado “enérgicos” para esos paisajes casi lunares de los abismos sin luz.
El cañabota es un cazador de los silenciosos y oscuros fondos abisales, donde la vista no es importante, sino que lo vital es el movimiento sigiloso y lento. Ser muy lento en los fondos evita vibraciones en el agua, vibraciones que otros animales, presas o depredadores, puedan detectar con la llamada “línea lateral”, una especie de tacto de las aguas que tienen los peces.
En esos fondos oscuros y casi despoblados ese sigilo es clave para la superioridad, algo que ha conseguido el cañabota gracias a millones de años de adaptación a ese medio específico. El cañabota, por tanto, aunque le llamemos aquí “durmiente”, es en realidad un tiburón activo, que está siempre nadando, buscando calamares, gambas, tiburones más pequeños o carroña.
Curiosamente, sus hábitos lentos y pausados, eminentemente nocturnos, cazando por sorpresa a sus presas, le hace ser fácilmente víctima de los pescadores profesionales, en concreto de los arrastreros.
Desde siempre, los barcos de arrastre capturan por error a estos grandes tiburones de fondo, sobre todo cuando van a la captura de la gamba, presa favorita también de los cañabotas. Lo habitual es que el tiburón se quede enredado y suba a la superficie, destrozando con su enorme peso la captura de gambas, lo que enfada mucho a los pescadores, ya que el cañabota no tiene valor comercial.
Apenas ha habido avistamientos de estos magníficos animales con vida. Su mundo y el nuestro son antagonistas.
En el caso del tiburón aparecido en Puerto Portals, la víctima ha sido una hembra adulta de buen tamaño que, por desgracia, ya no se reproducirá en nuestras aguas. Una pena, ya que el cañabota es un animal que, como gran depredador, está la cima de la cúspide alimenticia, es escaso y valioso, de reproducción y crecimiento lento.
Cabe reseñar por último que el cañabota es totalmente inofensivo para el hombre, ya que su hábitat es exclusivamente el de los grandes fondos, donde obviamente no hay humanos. Aunque se sabe que puede hacer migraciones verticales durante la noche, si en la superficie hay un cadáver de ballena o similar. El corte que presentaba en la zona dorsal no puede ser, en ningún caso, tal y como se ha elucubrado por error, debido a la amputación de la aleta, ya que esta especie la tiene situada muy cerca de la cola y en las fotos se aprecia que está intacta.
Lo cierto es que apenas ha habido avistamientos de estos magníficos animales en el mundo por parte de submarinistas, o mucho menos bañistas. Su mundo y el nuestro son verdaderamente antagonistas.