
Pancarta colgada junto al centro de formación profesional náutica de Palma.
Las instalaciones de la Escuela Nauticopesquera de Palma, centro de referencia de la formación profesional náutica en Baleares, han aparecido forradas de carteles reclamando profesores titulados que permitan la homologación de las titulaciones. “Queremos docentes aptos”, “títulos sin garantía gracias a cuatro profesores” o “nuestro futuro no es un juego” son algunos de los mensajes escritos en pancartas y folios pegados en la cristalera de acceso al centro ubicado en el camino del Dique del Oeste.
El inicio del curso náutico no ha podido ser más convulso. La razón no es otra que los cambios derivados del proceso de estabilización de plazas de docentes que ha dado entrada a tres profesores sin titulación de la Marina Mercante, lo que pone en peligro la homologación de varias especialidades e incluso del centro. El ambiente está muy enrarecido y el temor fundado a que la situación derive en una pérdida de convalidación de la escuela preocupa tanto a los docentes como a los alumnos.
La Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) ha iniciado una inspección que, indirectamente, ha generado un nuevo conflicto. Los enviados por este organismo pidieron un informe a la dirección del centro y ésta, para elaborarlo, solicitó a los docentes que rellenaran un cuestionario. Los nuevos profesores (cuyas especialidades son la psicología, el piano y la química) consideraron que la encuesta vulneraba la Ley de Protección de Datos y presentaron una denuncia. No ayudó tampoco al buen clima del claustro que uno de ellos se presentara a tomar posesión de su plaza acompañado de un notario ni que dos se hayan acogido a la media jornada y el restante haya solicitado una baja.
El caso de la Escuela Nauticopesquera –el centro de formación náutico, marítimo y pesquero de referencia en Baleares– no es único en Baleares. Se estima que la estabilización de plazas ha supuesto que más de 80 profesores de distintas disciplinas estén impartiendo materias que no dominan o para las que no han acreditado estar facultados, pues el concurso de méritos pilotado por el Govern del Pacte no se lo exigía.
Varios carteles pegados en la puerta de acceso a la Nauticopesquera de Palma.
La diferencia es que en el caso de la náutica hay una normativa internacional que obliga a que los docentes posean un título de la Marina Mercante. Si no se cumple este requisito, la formación se convierte en papel mojado de cara al ejercicio profesional.
La Conselleria de Educación fue reiteradamente advertida en este sentido antes de las elecciones del 25 de mayo, pero hizo caso omiso, aduciendo que no tenía el deber de regirse por las leyes del mar, sino exclusivamente por las educativas. Otras comunidades autónomas –como la asturiana– incluyeron cláusulas en el concurso de méritos para evitar situaciones tan llamativas como que un músico, sin ninguna relación previa con la materia, tenga que dar clases de Técnico en Mantenimiento y Control de la Maquinaria de Buques y Embarcaciones, Técnico Superior en Transporte Marítimo y Pesca de Altura, o Técnico Superior en Organización del Mantenimiento de Maquinaria de Buques y Embarcaciones.
Un grupo de profesores de la Escuela Nauticopesquera presentó en su día una denuncia por presunta prevaricación contra los responsables de las bases del concurso de méritos. La Fiscalía de Baleares no ha contestado al escrito.
Quien sí ha tomado cartas en el asunto es la Marina Mercante, el resultado de cuya inspección marcará el futuro de la formación profesional náutica en Baleares. De momento, ya se ha constatado una fuga de alumnos a centros de la península que sí cumplen los requisitos de la DGMM y la Organización Marítima Internacional.