Estudiar la eficacia de usar mejillones para limpiar las aguas de los puertos. Ese es el objetivo de un proyecto que ha puesto en marcha la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) bajo la dirección del Centro Oceanográfico de Baleares y que arrojará sus primeros resultados antes de fin de año.
El estudio, que cuenta con el apoyo logístico de la empresa Astilleros de Mallorca, ha confirmado su viabilidad y supervivencia tras superar las primeras pruebas. Los científicos del Oceanográfico han iniciado sus trabajos en el puerto de Palma, instalando varias jaulas con mejillones aportados por los mariscadores de Menorca.
Se han instalado dos jaulas, cada una con unos 30 mejillones, en la dársena de Astilleros de Mallorca, otra en las de la concesión de La Lonja Marina Charter y una cuarta en el exterior del puerto, que hace las veces de control y diferenciación de parámetros con los del interior del puerto.
El equipo investigador, dirigido por la doctora Salud Deudero, analizará los tejidos de los mejillones de esta primera fase, determinando la cantidad de hidrocarburos, metales pesados y microplásticos que acumulan. Finalmente, en esta primera fase de estudio, si los mejillones del puerto de Palma resultaran claramente beneficiosos y viables para el biofiltrado final de las aguas portuarias, se publicaría una propuesta científica para implementar biorremediación con mejillones en el puerto de Palma, con el objetivo de escalarlo a medio plazo a otros puertos.
Salud Deudero ha explicado que en mayo se instalaron las jaulas de mejillones y que se tomaron muestras al inicio y después de tomarán al final del estudio para determinar los contaminantes de metales pesados y microplásticos y ha adelantado que “quizás en noviembre ya tengamos los resultados de este estudio piloto. La clave es ver si los mejillones toleran las condiciones portuarias que son extremas en muchos casos y veremos si esto se puede extrapolar a otras zonas y otros puertos”, ha señalado.
Los primeros cálculos realizados por los científicos aseguran que unos 4.000 metros de cuerda de mejillón, que estarían instalados y ocultos bajo algunos pantalanes, sin molestias para los navegantes o usuarios, podrían filtrar toda el agua del puerto de Palma cada tres meses, ya que un solo mejillón filtra hasta dos litros de agua por hora. Estos cálculos previos serán finalmente validados en la segunda fase de estudio.
El consejero delegado de Astilleros de Mallorca, Diego Colón de Carvajal, ha señalado que “tenemos la sensación que en invierno disminuye la turbidez del agua y está más transparente. El hecho de que no haya circulación es algo del Mediterráneo porque en puertos con mareas no tienen este problema”.
El presidente de la APB, Francesc Antich, ha mostrado su satisfacción por esta apuesta por la investigación e innovación que se realiza junto al Centro Oceanográfico de Baleares y ha remarcado que “empleamos la naturaleza para dar respuesta a una situación de dificultad que se da en los puertos por las actividades que se realizan”.
Los mejillones en ningún caso se destinarán al consumo, sino que su misión será únicamente filtrar, oxigenar y ayudar a mejorar las aguas portuarias, y tal vez en el futuro también a zonas próximas a emisarios, aguas de deficiente oxigenación y renovación o con exceso de aportes de fertilizantes de origen agrícola.
El primer puerto del mundo que ha implementado a gran escala el sistema de biorremediación con mejillones ha sido el de Nueva York. Las conclusiones de los investigadores de la Administración Oceánica y Atmosférica norteamericana son claras: los mejillones consiguieron filtrar bacterias, microalgas, sedimentos, hidrocarburos, metales pesados e incluso microplásticos, mejorando notablemente las condiciones biológicas y físico-químicas de las aguas portuarias de la ciudad de norteamericana.