Baleares es con diferencia la zona de España que registra más incidencias relacionadas con la náutica recreativa en la época estival. De hecho, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, del que depende Salvamento Marítimo, eligió este año Ibiza para presentar su campaña de verano de seguridad en la náutica de recreo. El Centro de Coordinación de Palma atendió el verano pasado a 350 embarcaciones y un total de 1.132 usuarios. El global en toda España es de 5.556 personas atendidas.

Resulta evidente que la afición a la náutica en Baleares, junto al gran volumen de visitantes que disfrutan de nuestras aguas en verano, nos convierten en el candidato número uno a las emergencias en náutica recreativa por una mera cuestión estadística. Sin embargo, esas altas cifras de siniestralidad serían fáciles de reducir con una sola palabra: prevención.

El responsable del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Baleares, Miguel Félix Chicón, no se cansa de repetir que la mejor manera de ahorrarnos un problema en el mar es prevenirlo y evitar así que llegue a ocurrir. Las incidencias suelen ajustarse a un restringido número de causas.

FALLOS TÉCNICOS. Una embarcación es un elemento tecnológico en el que se coordinan multitud de elementos, sistemas y circuitos. Un fallo en uno de ellos puede dejarnos tirados en medio del mar. «Pueden ser problemas originados por una mala combustión, fallos en los filtros, en el sistema de refrigeración o de gobierno,  o aparejos desarbolados en el caso de veleros».

BARCOS A LA DERIVA. Un problema técnico puede dejar nuestra embarcación a la deriva. «Un remolque podría acabar con el problema llevándonos hasta el puerto más cercano pero puede generar, si no se avisa con el tiempo suficiente, una situación de peligro potencial». Según aporta el responsable de Salvamento Marítimo en Baleares, la situación puede ser peligrosa tanto en alta mar como cerca de la costa. «Si, por ejemplo, tenemos un problema de batería de noche y nos quedamos sin luces para que nos puedan ver los barcos que navegan por la costa, nos arriesgamos a un posible abordaje». En cambio, si estamos cerca de la costa y quedamos a la deriva podemos acabar en una varada involuntaria.

VARADAS INVOLUNTARIAS. A veces el fondeo no sujeta bien en el fondo y si se levanta viento, nos puede llevar a tierra. En ese caso, el consejo es claro: «Si vemos que nos aproximamos demasiado a la costa, hay que echar el ancla, aunque no fondee bien, para que haga resistencia en el fondo con el objetivo de dar tiempo a los medios de rescate a llegar y poder remolcarnos». Otras veces hay embarcaciones que no han estudiado bien la zona de navegación y se quedan en las piedras.  La solución en este caso parece evidente: estudiar bien nuestra ruta y la zona por la que vamos a navegar.

ACCIDENTES A BORDO. Caídas que pueden ser ocasionadas por mala meteorología, imprudencias o falta de atención al movernos por la embarcación, un simple resbalón o enfermedades repentinas que necesiten incluso traslado urgente a un centro hospitalario. En este apartado, Miguel Félix Chicón recalca un caso concreto: «Hay que evitar bajo ningún concepto sentarse con las piernas colgando en la proa de la embarcación. Es algo muy peligroso pues un golpe de mar puede hacernos caer de la embarcación o provocarnos un grave golpe si el cabeceo nos levanta y caemos en vacío sobre la cubierta».

La experiencia de Miguel Félix Chicón de décadas como marino mercante y como responsable del servicio de Salvamento Marítimo en Baleares le convierten en la persona ideal para ofrecer unas sencillas herramientas para prevenir éstos y otros posibles sustos.

METEOROLOGÍA. Lo primero que haremos antes de salir al mar es consultar la meteorología. Si va a hacer mal tiempo, lo mejor es suspender la salida. «¿Para qué vamos a  pasar un mal rato?» se pregunta Chicón. Resulta vital ser conscientes de saber qué es mal tiempo para nosotros, según nuestras limitaciones y las de nuestro barco.

PREPARAR EL BARCO. Antes de salir al mar, resulta indispensable realizar unas sencillas comprobaciones: «Tenemos que verificar que el combustible va a tope, igual que el agua, los equipos de radio, sistema de gobierno, bomba de achique…». El responsable de Salvamento Marítimo incide en un detalle que puede parecer nimio: «Cuando preparamos nuestra salida es importante comprobar que el boyarín de indicación de nivel de combustible esté bien, pues a veces se queda atascado arriba y nos da una lectura falsa del nivel de combustible: creemos que el depósito está lleno cuando en realidad no es así». También debemos revisar  si el motor refrigera bien. Es una tarea sencilla: «Si arrancamos el motor y el barco no descarga agua al mar, o la bomba está rota o está descargando en la sentina», detalla.

MATERIAL DE EMERGENCIA. Antes de zarpar debemos comprobar que la señales pirotécnicas están en el cofre correspondiente, su fecha de caducidad y disponer de guantes para manejarlas. Salvamento Marítimo incide siempre en la importancia de los chalecos salvavidas. Su uso a bordo, por parte de todos los tripulantes y en todo momento; minimiza la siniestralidad en caso de que la embarcación se vea involucrada en cualquier tipo de emergencia. «Indicar a todos los tripulantes cómo se utilizan debería formar parte de la aventura que es salir a navegar» opina el jefe de Salvamento Marítimo en Balears.

A SON DE MAR. Todas estas herramientas de prevención y acción se pueden resumir en una sola frase según el responsable del centro de emergencias marítimas: «Siempre tenemos que tener el barco a son de mar», tenerlo preparado como si fuera a hacer mal tiempo, con todo bien trincado y dispuesto, pues aunque el mar esté plano pueden surgir imprevistos, como por ejemplo el oleaje levantado por el paso de un fast ferry, que nos puede dar un desagradable disgusto.