El cambio climático afectará a la operatividad los muelles y pantalanes de los puertos de Baleares y puede provocar el rebasamiento de los diques portuarios por el oleaje, dañar su estabilidad estructural, provocar agitación dentro de la zona portuaria e, incluso, la pérdida de calado de los puertos.
Ports de les Illes Balears presentó la semana pasada los resultados de un estudio de adaptación de los puertos autonómicos al cambio climático necesario para la redacción del Plan General del ente público. El estudio evalúa los factores de riesgo asociados al cambio climático a medio y largo plazo que podrían afectar a los puertos de las Illes Balears y propone medidas generales de adaptación para evitar sus efectos.
El cambio climático afectará a las costas y los puertos debido a la subida del nivel del mar, los posibles cambios en las alturas y direcciones del oleaje, así como por las variaciones en las mareas meteorológicas (provocadas por condiciones extremas como tormentas o borrascas).
Este análisis ha sido realizado por el Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluña · BarcelonaTech, un centro de investigación (CER) de reconocido prestigio internacional dentro de la estructura del Departamento de Ingeniería civil y ambiental de la Escuela de Ingeniería Civil de Barcelona. Los autores del estudio son Joan Pau Sierra, Xavier Gironella, Agustín Sánchez-Arcilla, Corrado Altomare, Vicenç Gracia, Daniel Gonzalez-Marco y Arnau Gironella.
El documento establece dos marcos temporales consensuados por la comunidad científica para estudiar el cambio climático: el año 2045 y el año 2100. En ambos utiliza dos supuestos basados en diferentes escenarios de emisiones de CO2, uno más optimista y otro más pesimista. En el peor de los casos, en el año 2100 el nivel del mar podría subir 88 centímetros.
El estudio concluye que, aunque los puertos de las Illes Balears, en general están preparados para afrontar los efectos del cambio climático en el año 2045 en el escenario más optimista, es importante prever acciones de adaptación para el horizonte del 2100 en ambos escenarios debido al aumento del nivel del mar.
El informe señala que en el 2100 un 52% de los puertos estaría en el máximo riesgo de inoperatividad en el escenario optimista y hasta un 88% de en el escenario pesimista. El rebasamiento de los diques portuarios por el oleaje es el segundo riesgo más importante para los puertos gestionados por Ports IB ya que los hace vulnerables a los temporales y puede derivar en problemas de agitación interior que afectan a las instalaciones portuarias. Aun así, en el año 2045, sólo 3 puertos podrían estar en una situación de riesgo alto y uno en riesgo muy alto.
Aunque cada puerto será analizado de forma específica en base a sus peculiaridades y necesidades concretas, y que cada proyecto deberá pasar su correspondiente tramitación medioambiental y administrativa, el Plan General de Puertos propone un marco de referencia para los próximos 15 años, en el que se contemplan actuaciones como la mejora de las condiciones de abrigo, la reorganización de espejos de agua ya abrigados, el aumento de la cota de coronación de muelles y la sustitución de pantalanes fijos por flotantes para evitar su inoperatividad, la modificación de dársenas y contradiques para mejorar las condiciones de agitación interior o la construcción espigones o rampas de arena para evitar el aterramiento.