El Club Marítimo inundado tras un temporal.
El futuro del Club Marítimo del Molinar de Levante (CMML), fundado en 1917, lo decidirán sus socios en una asamblea extraordinaria en próximo 4 de marzo. Tras la reunión informativa mantenida ayer por Juan Gual, presidente de Autoridad Portuaria de Baleares (APB), con medio centenar de socios del CMML en la Sala de Actos del organismo portuario, el presidente de su Junta directiva, Rafael Vallespir, ha informado a Gaceta Náutica de que ese día se celebrará una reunión extraordinaria a la que serán convocados los 250 socios de la entidad y en la que se someterá a votación si el club debe presentar un nuevo proyecto o aceptar la pérdida de la concesión y someterse a la gestión directa de la administración.
Vallespir está convencido de que la mayoría de los socios “quieren que el club continúe”, pero no oculta que “otros prefieren la gestión directa” porque creen que su amarre les saldrá más barato. El presidente del CMML piensa que “con una concesión a largo plazo y un canon de ocupación asequible”, tal vez haya margen para un nuevo proyecto, pero “no se va a hacer nada hasta que hable la asamblea, así que todavía es prematuro hablar del futuro”.
Gual dejó claro en su polémica reunión con los socios, contra la que el club había presentado un recurso de reposición, que el eventual nuevo proyecto debe atenerse a dos condiciones: no aumentar el número de amarres ni el de las esloras de los barcos que acoge en la actualidad. Según la APB, la cifra de barcos no puede superar los 75, si bien el CMML asegura que se trata de un error, puesto que el puerto tiene actualmente 120 amarres.
“Si los socios quieren que el club conserve su concesión, al día siguiente nos pondremos manos a la obra y negociaremos sus características con la APB”, ha añadido Vallespir.
Gual, por su parte, ha comunicado que lo que tiene que hacer el club es “trabajar desde hoy mismo conjuntamente con la APB para consensuar la última oportunidad que tiene de salvaguardar la concesión que mantiene desde hace cien años”. “El club ha de saber que la voluntad de la APB es defender a los clubes náutico por ser los defensores de la práctica deportiva y los amarres de media eslora y pequeño, los más utilizados por los residentes de las islas”.
El presidente de Puertos de Baleares ha insistido en que si el Club Marítimo no presenta ningún proyecto, la actual instalación portuaria de El Molinar solamente tendrá dos opciones: que la APB asuma directamente su gestión o convocar un nuevo concurso público, pero, ha resaltado, en ambos casos manteniendo “los mismos requisitos que se le han pedido al club”.
Durante su reunión con los socios del Molinar, Gual explicó “los pros y contras de la gestión directa por parte de la APB”. Así especificó, según los asistentes, que la ventaja de renunciar al club es no tener que pagar las obras de reforma, ya que estas serían asumidas por la entidad pública. Además, la cuota mensual sería más barata, pero el período de cesión del amarre se limita a 15 años. De ser aceptado el nuevo proyecto y conservarse la concesión, por un máximo de 50 años, la reforma deberá ser asumida por los socios.
La cuestión, en definitiva, es si los actuales socios piensan sólo en sus amarres a título individual o si les importa el club como entidad deportiva; si, como decía ayer uno de los presentes en la reunión, los miembros del CMML están dispuestos a “defender una asociación sin ánimo de lucro que tiene equipos de regatas y organiza competiciones y actos sociales, o su ‘barqueta’ y su bolsillo”.