La lancha Kahos zozobró entre Eivissa y Formentera el lunes a mediodía / Servicio Marítimo Guardia Civil
20 horas en el agua pasaron los cinco pasajeros de una lancha de 7,5 metros desde el mediodía del lunes hasta la mañana del martes tras capotar la barca en la que viajaban en lo que parecía iba a ser una relajada ruta entre Santa Eulària, en Ibiza, y Formentera.
La Kahos zozobró cerca del mediodía, poco más de una hora después de zarpar. Sin embargo, como el regreso al mismo puerto estaba previsto a las 19 horas, no fue hasta las 21 horas, tras dos horas esperando a la embarcación en su puerto de origen y destino, cuando comenzó el dispositivo de búsqueda.
Salvamento Marítimo activó el helicóptero Helimer 205 con base en Palma y la Salvamar Acrux, con base en Eivissa para intentar localizar la embarcación. Sin embargo, la llegada de la noche dificultó la labor a pesar de que los efectivos estaban dotados de gafas de visión nocturna y habían realizado cálculos para acotar lo máximo posible la zona de búsqueda, dado que sabían que la embarcación no había llegado a Formentera. A la mañana siguiente se incorporaron al operativo la embarcación de Salvamento Marítimo Guardamar Polimnia, con base en Sant Antoni, y una lancha del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Finalmente, los náufragos no fueron localizados hasta la mañana del martes, cerca de las 9, por una embarcación de pesca de artes menores, la Cap Nonó, a una milla al este del islote de Espardell, entre Eivissa y Formentera.
La barca estaba quilla al sol y sus cinco ocupantes, de nacionalidad española, habían utilizado una tabla de paddle surf como asidero durante las 20 horas que pasaron en el agua.
Veinte horas en el agua que se habrían acortado notablemente con una medida de prevención tan sencilla como portar una luz estroboscópica. Según explica Miguel Félix Chicón, jefe del centro de coordinación de Salvamento en Baleares “Estuvimos muy cerca de ellos durante la noche, pero en medio del mar es muy difícil encontrarlos. Este problema se habría evitado con una medida de prevención tan sencilla como el uso de una luz estroboscópica, que nos habría permitido localizarlos desde el aire hasta 3 o 4 millas de distancia de noche”. Este tipo de luz se puede atar al brazo con un velcro y gracias a estos dispositivos el tiempo de localización por la noche se reduce drásticamente”.
Las barcas de 7,5 metros de eslora no tienen la obligación de llevar radiobaliza. Simplemente van equipadas con un radioemisor de VHF. Sin embargo, al zozobrar la barca quedó inutilizado, igual que los móviles de los pasajeros que, de haber funcionado, probablemente también carecerían de cobertura. No había opción electrónica de localización así que todo se tuvo que fiar a la visión directa del equipo de rescate, una tarea casi imposible en horas nocturnas.
“Uno de los ocupantes de la barca dijo que había escuchado de noche un dron volando cerca de ellos. Evidentemente en esa situación, en medio del mar, y a esa hora de la noche eso es poco factible” explica Chicón “parece evidente que escuchó nuestro helicóptero. Pasamos muy cerca de ellos pero la oscuridad hizo que resultara imposible verlos”. Afortunadamente en este caso todos los ocupantes del Kahos podrán contar su experiencia y salieron del incidente solo con un gran susto y algo de hipotermia. Sin embargo, “un factor de prevención tan simple como una luz estroboscópica puede marcar en otros casos la diferencia entre la vida y la muerte”, explica Chicón.
Temporales y naufragios. El blog de Pipe Sarmiento en Gaceta Náutica.