
Presentación del estudio sobre pesca ilegal esta mañana en Palma. / Foto: Fundació Marilles
La Fundació Marilles afirma que la pesca ilegal en Baleares es una práctica ampliamente extendida y afecta a todos los sectores relacionados con la pesca y su comercialización. La entidad ha presentado hoy en una jornada en Palma los resultados de su estudio sobre la pesca ilegal en un encomiable esfuerzo por conocer más datos sobre las irregularidades cometidas tanto en el sector profesional como en el recreativo de la pesca.
Sin embargo, el propio director de la Fundació Marilles, Aniol Esteban reconocía en la presentación que el estudio solo retrata “una fotografía borrosa, con grandes vacíos de información. Hemos hecho una lista de cosas que la gente nos ha explicado y no todas se han podido contrastar. Entonces somos muy conscientes de que si alguien no explica una historia, no quiere decir que sea siempre cierta o que lo hagan mil personas”.
Pese a esa asumida imagen borrosa y a la falta de datos concretos llama poderosamente la atención que la nota de prensa sobre el informe acerca de la pesca ilegal de la Fundació Marilles concluye que existen “pescadores submarinos furtivos altamente especializados que pueden llegar a ganar 3.000 €/mes y a quienes pagar una posible multa sale a cuenta”. Sin embargo, si acudimos al propio informe de la Fundació Marilles desaparece en el epígrafe la referencia a la pesca submarina y se habla de la existencia de “Grandes pescadores furtivos”. Los datos del informe precisan que pueden ser alrededor de un centenar y se cita más adelante que “en esta categoría se incluyen pescadores submarinos”, aunque también se refiere a la pesca de atunes, que quedan claramente fuera de esta modalidad deportiva.
El portavoz de Stop Falsas Reservas, José Morey, considera que “es injusto descalificar a todo el sector de la pesca submarina, pues se trata de una afirmación peligrosa con la que se etiqueta a todo el colectivo y habría que medir mejor las palabras” y puntualiza que “puede haber grandes furtivos en la pesca submarina igual que en todos los sectores de la pesca pero su cifra resulta absolutamente irrisoria, aunque por supuesto desde nuestra asociación nos mostramos radicalmente en contra del furtivismo que, una vez más, desprestigia y mancha injustamente a todos los pescadores submarinos”.
La nota de prensa de la Fundació Marilles sobre el informe se refiere también a la existencia de casos puntuales de connivencia entre pescadores profesionales y recreativos para “blanquear” pescado, la constancia de una pesca recreativa de subsistencia que vende sus capturas como complemento económico para llegar a fin de mes y también retrata la actuación de grupos organizados que venden el pescado ilegalmente y emplean sistemas de aviso para evitar ser interceptados por inspectores de pesca.
Las conclusiones del estudio reconocen que es imposible conocer datos reales sobre las cifras de la pesca en Baleares pues si bien hay datos sobre la pesca profesional no hay más que un cálculo aproximado sobre la pesca recreativa, que se estima en algo más de un tercio de las capturas de la pesca profesional. No hay por tanto datos concretos o específicos tampoco sobre la pesca ilegal. Sin embargo, pese a esa carencia de datos el informe presenta algunos resultados destacados como que “las infracciones son comunes en todos los ámbitos relacionados con la pesca, tanto la profesional como la recreativa y la submarina”. El informe reconoce que Baleares no está peor que otras regiones de España y cuenta con una normativa avanzada y profesionales de inspección-vigilancia. También concluye Marilles que el desvío de pescado en la pesca profesional es mucho más común en la flota de artes menores que en la de arrastre.
La representatividad de la muestra no es científica pues cuando se consultó el sector de la pesca profesional, el estudio asume que se envió un cuestionario a las 16 cofradías de las Islas y solo respondió el 30 por ciento. También se consultó al sector de la restauración acerca de sus hábitos en la compra de pescado pero el estudio de la Fundació Marilles extrae datos sobre una muestra de 30 restaurantes de los que solamente 14 respondieron el cuestionario (recordemos que en Baleares hay registrados 9.600 negocios de restauración).
El estudio se basaba en un primer tramo en entrevistas con 40 personas , representantes de la pesca profesional y recreativa, inspectores, administración, restauración, ONG y también pescadores furtivos, realizadas por un consultor para hacer un mapa del problema. La investigación se realizó bajo la norma Chatham house, según la cual se revela lo que se dice, pero no quién lo dice. Partiendo de la base de la información y conclusiones conseguidas en esas entrevistas en las que no constan nombres, se contrastaron después datos y se complementaron con encuentros también con todos los sectores para intentar aportar más información y corregir posibles errores.
La presentación del informe ha contado con la presencia de la consellera de Agricultura y Pesca, Mae de la Concha, que afirmó que en Baleares “la pesca ilegal es testimonial” aunque, según explicó sí que hay una comercialización ilegal del pescado y los medios para luchar contra esta venta son limitados aunque se congratuló de que para el año que viene Baleares contará con dos nuevos inspectores de pesca. De la Concha defendió la creación de marcas de comercialización en la forma de sellos de calidad como el caso de Peix Nostrum en Ibiza para luchar contra la venta ilegal y revalorizar el consumo de pescado de proximidad a la vez que conseguir un aumento de la demanda. También participaron en la jornada el director general de Pesca i Medi Marí, Joan Mercant, y el jefe del Servei de Recursos Marins de la conselleria, Antoni M. Grau, que se refirió al sinsentido de que todo el pescado de Mallorca tenga que venderse en la Lonja de Palma, y abogó por buscar sistemas alternativos.
La presentación del informe sobre pesca ilegal de la Fundació Marilles contó también con la intervención en mesas de debate de representantes del sector de la pesca recreativa como Bernadí Alba, de la Associació Mallorquina de Pesca Recreativa Responsable o Libori Martínez, de IFSUA, el Fórum Internacional para las Actividades Subacuáticas Sostenibles, o Antoni Garau, secretario de la Federació Balear de Confraries de Pescadors, entre otros.