“Masacre” en los exámenes de capitán de yate

Solo un 13 por ciento de los aspirantes en Mallorca supera la prueba con un examen con preguntas confusas o fuera de programa

Enfado generalizado entre alumnos y profesores por los examenes náuticos.

Los aspirantes en Mallorca a los títulos de capitán de yate y patrón de yate siguen siendo en su gran mayoría eso: aspirantes. La última convocatoria ha dejado una exagerada cantidad de suspensos para las dos titulaciones: solo un 13,6 por ciento de los matriculados aprobaron el examen de capitán de yate y un 25 por ciento, uno de cada cuatro, pasó la prueba de patrón de yate. Esto sería asumible por la dificultad del programa, pero en este caso el enfado de alumnos y  profesores con los responsables del examen es manifiesto porque se incluyeron preguntas que no estaban en el programa, algunas de las preguntas eran confusas cuando no directamente erróneas y, en otro caso al menos, ni siquiera se daba la respuesta correcta entre las cuatro opciones a elegir para una pregunta.

Si a esto sumamos la progresiva complejidad de los problemas, al alza en cada convocatoria, con sucesivos subapartados que se van sumando a la cuestión original, el resultado es que resulta imposible terminar el módulo de navegación en la hora y media prevista por el tribunal para terminar el principal apartado del examen.

Los exámenes de estas titulaciones, cuya última convocatoria en Mallorca fue el 17 de diciembre en la UIB, se dividen en dos apartados: el genérico, de seguridad y meteorología, y el de navegación, que consta de diez preguntas de teoría y diez problemas de cálculo. Es en este último apartado en el que se han concentrado todas las protestas.

En el caso del examen de patrón de yate, por ejemplo, uno de los problemas planteaba una situación que arrancaba fuera de la carta de navegación, sin ofrecer los datos necesarios para introducirse en ella. De hecho, según los testimonios aportados, uno de los alumnos protestó durante el examen y le cambiaron las coordenadas, mientras que a otro, en una aula diferente, le exigieron que continuara adelante con los datos ofrecidos.

En la otra titulación, la de capitán de yate, la convocatoria del BOE precisa que el enunciado de las preguntas ofrecería como dato el tiempo universal, pero a la hora de la verdad, en cinco de las diez preguntas el dato ofrecido era la hora/zona, por lo que quedaban fuera del programa. Si tenemos en cuenta que hay que responder bien seis preguntas de las diez para aprobar, solo por este factor las opciones de superar el examen se ven drásticamente reducidas.

Son solo algunos ejemplos de lo ocurrido en esta convocatoria porque hay muchos más de incongruencias, confusiones o falta de concreción en el enunciado que han exacerbado los ánimos de alumnos y profesores. Unos ánimos que se calentaban todavía más cuando al intentar realizar una revisión del examen, desde el organismo correspondiente de la Conselleria de Mobilitat del Govern balear, responsable de la convocatoria, se les comunicaba que la revisión solo se podía hacer telefónicamente y no de manera presencial. Tal vez esta última circunstancia esté relacionada con las variables medidas de restricción sanitaria que evolucionan al ritmo de la incidencia de la pandemia. Sin embargo, tampoco nadie les dio esa explicación cuando fue reclamada. Uno de los  alumnos afectados al menos sí que ha conseguido una revisión presencial tras insistir reiteradamente.

Según los listados oficiales de matriculación, 44 personas aspiraban en esta convocatoria al título de capitán de yate con los dos módulos del examen mientras que 108 optaban al título de patrón de yate en Mallorca. También había una cifra mucho menor de aspirantes que solo se presentaban a uno de los dos módulos de la prueba.

Navegando por la provincia de Cáceres

El capitán de navío y profesor de titulaciones náuticas Ricardo Maldonado explica por qué una de las preguntas del examen de patrón de yate debe ser anulada debido a un error de bulto en el enunciado.

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