Muere a los 97 años el mestre d’aixa Pedro Bennasar

Miembro ilustre de una de las más importantes sagas de constructores navales de Mallorca, adaptó sus barcos a la demanda de sus armadores, desde pescadores hasta armadores de recreo

Pedro Bennasar y su hijo Sebastià en una imagen de archivo.

Pedro Bennasar Siquier, miembro ilustre de una de las más importantes sagas de constructores navales de Mallorca, falleció ayer a la edad de 97 años.  El testimonio de su oficio ha quedado afortunadamente recogido en una obra de reciente publicación, Els Mestres d’Aixa de Mallorca, escrita a cuatro manos por los historiadores Bernat Oliver y Bárbara Tomás.  

Conocido por el apodo de “Es Peraires”, Bennasar se inició en el oficio de mestre d’Aixa a los 17 años, de la mano de su padre, Sebastiá, y trabajó en los astilleros familiares hasta su jubilación. Ambos construyeron innumerables embarcaciones haciendo uso de las plantillas heredadas de abuelo, Pedro Bennasar Socías (1882), un carpintero de Sa Pobla que se incorporó al aserradero de Es Barcarés cuando la demanda de llaüts para realizar contrabando estaba en su pleno apogeo.

Hace apenas un año, Pedro Bennasar explicaba en el libro citado que, recién llegado al taller de su padre, éste le dijo: “Has aprendido más tú en un año que otros en cuatro o cinco”. Esta declaración marcaría su destino, pues ya nunca abandonó el oficio. Terminada la guerra civil, mientras hacía el servicio militar como infante de marina en Palma, tuvo ocasion de conocer el trabajo de otros grandes maestros radicados en la capital balear, como los hermanos Antoni o Pau Ferrer.

Bennasar pertenecía a la generación de carpinteros de ribera que seleccionaban personalmente las maderas de ‘sus’ barcos en los bosques. “Llevaban las plantillas de la futura barca y supervisaban que las formas de los troncos fuesen las más adecuadadas para cada pieza que daría forma al buque”, explican Oliver y Tomás, quienes revelan que sólo los miembros de la familia sabían construir embarcaciones: “[la técnica] Se mantenía en secreto para el resto de operarios”. La mayoría de compradores eran pescadores y las dimensiones y líneas de los llaüts y botes dependía del uso que se le iba a dar. Cuando Sebastiá se jubiló, su hijo Pedro se trasladó al taller de la calle Metge Reynés, del Puerto de Alcudia, donde también  fabricó golondrinas. Eran los inicios del boom turístico.

Los Peraires supieron adaptarse a los tiempos y a la demanda de sus clientes. Desde los primeros contrabandistas hasta los armadores de recreo, pasando por los pescadores de Alcúdia y los navieros del sector de las excursiones turísticas. Sus barcos son piezas únicas particularizadas según sus propias creencias, fruto de un saber transmitido de generación en generación. Una de las obras magnas de Pedro Bennasar Siquier fue el llaüt Payara, de 16 metros de eslora, en el que se invirtieron nada menos que 17.000 horas de trabajo, símbolo de un tiempo en el que las cosas se hacían para perdurar.

Sebastià Salvador Bennasar (1955), hijo de Pedro, siguió la tradición familiar y es el actual gerente de la empresa Construcciones Navales Bennasar, S.A.

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