Dejar el barco fondeado sin vigilancia a bordo mientras se practica submarinismo, o se da uno un baño, atenta contra el Reglamento Internacional de Prevención de Abordajes (RIPA). Así se desprende del contenido de las denuncias interpuestas por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil del País Vasco contra 13 pescadores submarinos guipuzcoanos que se hallaban sumergidos en las inmediaciones de su embarcación fondeada.
Esta situación, de acuerdo con la Benemérita, contraviene la regla quinta del RIPA, en la que se dispone que “los buques mantendrán en todo momento una eficaz vigilancia visual y auditiva, utilizando asimismo todos los medios disponibles que sean apropiados a las circunstancias y condiciones del momento, para evaluar plenamente la situación del abordaje”. La mención “en todo momento” incluiría, en vista de esta nueva interpretación del RIPA, la situación de fondeo de la embarcación.
La Federación Española de Actividades Subacuáticas (FEDAS) ha remitido una circular a sus delegaciones regionales en la que informa de lo ocurrido en Guipuzcoa y confía en que la Capitanía Marítima, que es el organismo que finalmente ha de tramitar la denuncia, “ponga un poco de juicio y decida no sancionar”.
“De no ser así -añade-, el colectivo de pescadores submarinos o practicantes de apnea o snorkel en general se encontraría en una situación muy perjudicial que como FEDAS no podemos consentir, por lo que procederemos a instar las acciones oportunas para velar por los intereses de nuestros federados”.
El responsable jurídico de la FEDAS, Roser Agut, pide a las federaciones autonómicas que estén atentas a “conductas similares” de la Guardia Civil, para determinar si se trata de un caso aislado o generalizado en todo el territorio español.
El capitán del equipo español de pesca submarina, el mallorquín Andrés Sureda, ha advertido de que, de aplicarse el RIPA de la manera en que lo ha hecho la Guardia Civil en el País Vasco, “nadie podrá darse un baño con el barco fondeado, porque se considera que se ha dejado abandonado”. Sureda admite estar “muy quemado” con la presión que las administraciones ejercen sobre la pesca submarina y otras actividades náuticas, mientras, añade, “se obvian situaciones tan negativas y graves como los emisarios, los vertido de plásticos y productos tóxicos o los barcos de arrastre”.