El Comité de Regatas lo intentó desde las 12.00 hasta las 16.45 horas, y de hecho se dieron salidas a todas las clases en competición, pero el viento nunca llegó a entablarse y al final hubo que tirar la toalla. A primera hora de la mañana, el viento del Nordeste soplaba con intensidad media, pero aparecieron unas nubes negras que fueron el heraldo de una larguísima encalmada. A esta situación se añadió un conato de Embat que se tradujo en un campo de regatas con tres direcciones de viento distintas.
Ariane Mainemare, oficial del Comité de Regatas, optó por enviar a la flota a puerto al poco de dar la salida a los cuatro veleros de la clase FI15 (Tuiga, Lady Anne, Hispania y Mariska) y producirse una caída del anemómetro hasta unos raquíticos dos nudos. La responsable de la organización en el mar asumió que, por mucha voluntad y ganas que uno le ponga, la meteorología manda: “No wind, no race”.
“Después del primer chubasco de la mañana, que estaba en la previsión, ha entrado algo de viento del Este y hemos conseguido arrancar en unas condiciones mínimamente decentes, hasta el punto de que hemos registrado 18 nudos. Pero ha vuelto a caer otra vez y nos hemos quedado con cero nudos y toda la flota parada. Hemos visto que se acercaba otro chubasco y ha sido cuando hemos decidido anular”, declaró Mainemare.
La previsión para mañana no es precisamente halagüeña. El parte anuncia vientos de poniente muy flojos con cielo nublado, a pesar de lo cual el Comité intentará dar al menos una salida para todas las clases. Tras la jornada en blanco, las clasificaciones generales se mantienen igual que ayer en todas las categorías, salvo en FI15, donde una protesta del Hispania contra el Mariska ha situado al Lady Anne en segunda posición, por detrás del Tuiga, que lo tiene todo de cara para adjudicarse la victoria en el estreno de estos “pura raza” de la vela de época en la Bahía de Palma.
La suerte de Pedro Mayor
Hoy no pudo tomar la salida el Cami II, un velero construido por el mestre d’aixa mallorquín Pau Ferrer en 1948, que perdió el palo en los primeros compases de la regata inaugural del pasado jueves. “Tuve muchísima suerte porque, como digo yo, la botavara se apoyó en mi riñón, pero no me dio un golpe fuerte”, explicó su patrón y armador Pedro Mayor.
“El incidente -añadió- se produjo cuando acabábamos de tomar la salida. Íbamos ciñendo estupendamente y se desprendió el stay de proa. Eso provocó que el mástil se fuese viniendo hacia popa. Primero cayó la botavara en la bañera y luego el palo”. El Cami II ve así frustrada su participación en la Illes Balears Clàssics y en la Copa del Rey de Barcos de Época de Mahón, en la que estaba inscrito. “No sabemos si podremos recuperar el palo, pero lo que es seguro es que no lo tendremos arreglado para la regata de Menorca”, admitió Mayor.