
El alijo de 600 kilos de cocaína, hoy en la Comandancia de la Guardia Civil. Foto: J.L. Miró
La Guardia Civil procedió el pasado domingo, 22 de mayo, a la incautación de 600 kilos de cocaína que iban ocultos en un velero de 13 metros de eslora, llamado Kayros, que navegaba al sur de la Península. En la operación, bautizada con el nombre de Rabbit, se procedió a la detención de sus dos tripulantes, un ciudadano lituano (armador del barco y con antecedentes por narcotráfico) y otro español residente en Ibiza, el cual, al parecer, no estaba "fichado". El destino del alijo era Baleares, según han informado hoy las autoridades.
Efectivos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, a bordo del buque oceánico Río Segura y con apoyo de medios aéreos, decidieron interceptar el velero, proveniente de Sudamérica, ante la práctica certeza de que transportaba droga de un importante cártel radicado en un país americano que no ha sido revelado. El despliegue del operativo fue coordinado desde el Centro de Coordinación de Vigilancia Marítima (CECORVIGMAR), de la Guardia Civil en Madrid
Los agentes procedieron al traslado del barco hasta Málaga para proceder a su registro, hallando en su interior, ocultos en un falso hueco, creado al efecto en la zona de popa del barco, varios paquetes de cocaína con un peso total de 600 kilogramos. La droga ha sido exhibida hoy en la Comandancia de la Guardia Civil de Baleares. Su valor bruto, sin adulterar, se estima en unos 20 millones de euros. Los fardos llevaban sellos de conocidas marcas de lujo, como Louis Vuiton, como muestra de su pureza.
La operación se desarrolló por el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Baleares en colaboración con los servicios aduaneros franceses, efectivos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Comandancia de Málaga y el Centro de Coordinación y Vigilancia Marítima (CECORVIGMAR) en el marco de la operación INDALO liderada por la Guardia Civil y coordinada por la agencia europea de fronteras exteriores FRONTEX, contexto en el que participaba un avión de la Policía y Guardia de fronteras de Estonia que realizó el seguimiento del velero desde el aire antes del abordaje.