El Consell de Mallorca ha recuperado 93 ánforas de un barco romano descubierto en el fondo de la mar en la zona de Can Pastilla. Todo el material arqueológico recuperado se está tratando para que pueda formar parte en un futuro del fondo del Museo de Mallorca.
La vicepresidenta del Consell, Bel Busquets, y la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, informaron ayer del hallazgo en una rueda de prensa, que tuvo lugar al Club Náutico Sant Antoni de la Playa.
El barco se localizó a principios de verano y que según Bel Busquets «la prioridad ha sido proteger el pecio y recuperar los ánforas que transportaba para asegurar la conservación». Por este motivo se planificó una excavación de urgencia para documentar y recuperar los restos arqueológicos y se contrató la asistencia técnica de un equipo de arqueólogos subacuáticos.
Según explicó la vicepresidenta, la intervención ha permitido documentar una embarcación de mediados del siglo III que partió de algún puerto del sur de la península Ibérica en dirección, muy probablemente, a Roma. La nave romana localizada en la playa de Palma transportaba un cargamento bastante heterogéneo de productos como por ejemplo aceite, vino y salsas de pescado, la procedencia de los cuales también era diversa.
Kika Coll remarcó que el excelente estado de conservación de los restos arqueológicos podrían indicar que la nave no sufrió un naufragio violento provocado por fuerte un temporal. Las primeras hipótesis apuntan a que se produjo una vía de agua o, incluso, que un golpe de mar por encima la cubierta que provocó el hundimiento de la embarcación.
Según explicó Coll, los ánforas oleícolas (Dressel 20) tienen origen bético, los ánforas del sur de Lusitània (Almagro 51C) podrían contener salsas de pescado. A pesar de que la mayoría de estas piezas están selladas y bien conservadas, el personal investigador ha llegado a esta conclusión porque se han encontrado restos del mismo tipo de ánforas que tenían restos de espinas.
El cargamento de la nave se completó con un conjunto de ánforas béticos (Gauloise 4) procedentes del sur de la península Ibérica. Tradicionalmente, se ha considerado que estos contenedores estaban asociados al transporte de vino.
Trabajo en equipo
Los trabajos arqueológicos han sido fruto de una colaboración entre el Consell y la Armada Española, que ha aportado la embarcación principal para realizar la intervención, el patrón y submarinistas del cuerpo militar.
También han formado parte del dispositivo efectivos de la Guardia Civil de los GEAS y del SEPRONA, así como agentes de la Policía Local. El equipo de trabajo contratado ha sido formado por tres arqueólogos subacuáticos con titulación profesional. Además, el equipo contó con una restauradora-conservadora especialista en el tratamientos de materiales de origen subacuático, un técnico encargado de supervisar el instrumental y una especialista en documentación fotogramétrica.