El Govern balear pagará un peaje de 60.000 euros de sobrecoste para contentar a la plataforma Salvem Portocolom en las obras de reforma del Moll de Sa Duana de esta localidad costera mallorquina, lo que significa un incremento del 23% sobre el presupuesto contemplado por los servicios técnicos del organismo Ports IB, responsable de la gestión de los puertos autonómicos.
La reforma prescindirá de las nuevas técnicas de construcción y se retrotraerá a la manera en que se hacían los puertos en el siglo XIX. Al tratarse de una obra pública que se ejecuta sobre un espacio de gestión directa de la administración, los 60.000 euros de repercutirán directamente en el bolsillo del ciudadano, al pasar de 260.000 a 320.000 euros.
Las presiones que han derivado en la rectificación de Ports IB han llegado de tres direcciones: por un lado, la plataforma Salvem Portocolom, formada por una minoría de vecinos y vinculada a la izquierda nacionalista; por otro, la Asociación para la Rehabilitación de los Centros Históricos (ARCA), que se ha caracterizado históricamente por su independencia de criterio; y finalmente, el Gremi de Margers, autor de un informe contra el proyecto presentado por la empresa concesionaria de la obra.
La intervención del Gremi de Margers ha generado malestar entre los técnicos de Ports, al considerar que se trata de una parte interesada. Su propuesta, finalmente aceptada, supondrá que las juntas del empedrado del muelle se hagan con una mezcla de cal y arena, siguiendo las técnicas que se utilizaban hace 200 años.
La reforma, según informó el Diario de Mallorca en su edición del pasado 5 de octubre, contempla la eliminación de una plataforma de hormigón instalada en los años 80.
ARCA ha pedido que, una vez concluidas las obras, el Moll conserve su uso peatonal y se prohíba la instalación de terrazas u otros usos comerciales.