Pero ¿qué está pasando en el Puerto de Palma?

¿Concurso o competencia de proyectos? ¿Varadero abierto o de gestión centralizada? ¿Son legales las ampliaciones? Ofrecemos las claves para entender la polémica sobre las concesiones de APB

Los modelos de varadero abierto y varadero cerrado han convivido hasta ahora en el Puerto de Palma. Fotografía: APB

Para saber qué está ocurriendo con las empresas de mantenimiento de grandes yates en el puerto de Palma y qué posturas defiende cada una de las partes es necesario estar familiarizado con cierta jerga administrativa y conocer en qué se diferencian los modelos de gestión de los varaderos.

Competencia de proyectos

¿Significa dar a dedo una concesión? Decididamente, no. Tanto es así que, según ya informó ayer en primicia Gaceta Náutica, hay dos candidatos a la adjudicación del Moll Vell: Astilleros de Mallorca y Varadero de Valencia.

La competencia de proyectos está contemplada en la Ley de Puertos. Consiste en que una empresa o particular propone a la administración un determinado uso para un espacio público. En este caso Astilleros de Mallorca ha planteado la instalación de un synchrolift para la varada y mantenimiento de grandes yates en el extremo del Moll Vell de Palma mediante un sistema de gestión centralizado. La APB ha aceptado tramitar la petición al considerar que el servicio es necesario para el puerto y ha otorgado un mes y medio para la presentación de otras ofertas que debían ceñirse al uso propuesto. Varadero de Valencia ha podido concurrir bajo esas condiciones.

Concurso

La alternativa que propone PIMEM es la convocatoria de un concurso en el que sea la APB quien tome la iniciativa y proponga la explotación del espacio público situado en el Moll Vell. La patronal considera que el modelo adecuado es el de un varadero abierto, similar o igual al que explota Serveis Tècnics Portuaris (STP) desde 2006. La APB, como propietaria del terreno, tiene la potestad de decidir el uso y la duración de las concesiones.

Gestión centralizada

La diferencia entre el modelo abierto y el de gestión centralizada está en que, en el primero, el concesionario del espacio público se limita a poner el barco en seco y arrendar el espacio y los suministros para que otras empresas realicen el mantenimiento de las embarcaciones, mientras que en el segundo es el propio varadero quien dirige el proyecto, pudiendo subcontratar la mano de obra especializada que considere. Astilleros de Mallorca defiende que el mantenimiento de grandes buques requiere coberturas de seguro que sólo están al alcance del modelo centralizado.

Traslado

¿Por qué Astilleros no se queda donde está, en el contramuelle Mollet y se evita toda esta polémica? Muy sencillo: porque el Ayuntamiento de Palma y la APB han decidido destinar sus actuales instalaciones al futuro Museo Marítimo de Mallorca dentro de la reforma y reordenación del puerto de Palma para su integración en la ciudad. La actual concesión de Astilleros de Mallorca, en cualquier caso, expira en 2027.

Ampliación de plazos

Los operadores portuarios tienen derecho por ley a solicitar la ampliación de sus plazos de concesión. Es lo que ha hecho, sin éxito de momento, el Real Club Náutico de Palma. Y lo que ha conseguido por dos veces STP, cuya primera concesión por 13,5 años, obtenida en 2006, se ha visto ampliada en casi el 100% de su superficie y hasta 2027. A lo largo de los últimos tres lustros, el sector del mantenimiento de yates ha crecido en facturación y número de empresas. Según ADNEA-PIMEM, eso ha sido posible gracias al sistema de varadero abierto. BMC y AENIB consideran que ese mérito también es atribuible a Astilleros de Mallorca, que acaba de cumplir 80 años.

 

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