El tripulante de un yate que se encontraba fondeado el pasado jueves en el Port de Sóller amenazó con un cuchillo y le pinchó la neumática a una mujer que le pidió que bajara el volumen de la música. El suceso, según ha narrado la víctima del ataque, se produjo a las 2,30 horas de la madrugada. El agresor, que habla francés y responde al nombre de Guillaume, se mostró en todo momento muy agresivo, llegando a proferir amenazas de muerte a voz en grito.
La mujer, que estaba junto a su marido y su hija a bordo de una embarcación fondeada en las proximidades de dos veleros en los que se celebraba una fiesta, se embarcó en su pequeña semirrígida auxiliar y se aproximó a éstos para solicitar a sus tripulantes, “con toda amabilidad”, que dejaran de armar escándalo. La respuesta fue que estaban de vacaciones y que su intención era seguir de fiesta hasta el amanecer. La música se escuchaba desde tierra. La denunciante explicó que tenía que trabajar al día siguiente y que su hija no podía dormir.
De repente, un hombre de unos 45 años y complexión atlética que estaba participando en la fiesta se lanzó al agua armado con un cuchillo, se subió a la neumática, amenazó a la mujer y le pincho el flotador, momento que quedó recogido en la fotografía que ilustra esta noticia. La imagen fue tomada por el capitán inglés de un barco que se hallaba fondeado en el lugar del suceso. En ella se ve claramente cómo el intruso accede a la pequeña neumática y uno de los flotadores traseros está ya sin aire. El cuchillo era de “filo ancho y corto, como un arma militar” y el agresor parecía estar bajo los efectos del alcohol o alguna droga. “Tenía los ojos de loco y se comportó de manera muy agresiva”.
La víctima cuenta que logró zafarse del ataque acelerando a tope el motor de la neumática, lo que provocó la caída por la borda del atacante. “Puse la marcha en neutro para no causarle ninguna herida”, relata.
“Llamamos a la Guardia Civil, pero, como no tenía lancha, se quedó en tierra. Presenté una denuncia. Otros chicos también denunciaron, ya que este loco había pinchado otra neumática y empujado al agua a uno de ellos, amenázandole con su cuchillo”, explica la mujer, que añade: “Los bandidos se fueron rumbo a Empuriabrava. La Guardia Civil nos contó que tiene una lancha para toda la isla y no quisieron usarla para interceptarles...”
La víctima pudo seguir la ruta de uno de los veleros que habían organizado la fiesta a través del sistema de geolocalización AIS e informar de su posición a la Benemérita, además del supuesto nombre del agresor y de los barcos implicados. Se trata de dos veleros de 15 y 12 metros de eslora, ambos de bandera francesa, a bordo de los cuales se hallaban “unas quince personas”, entre adultos y niños.